Doñana, un espejismo
En el Día Mundial de los Humedales las asociaciones de ecologistas Greenpeace y WWF aprovechan para denunciar la situación “aparentemente satisfactoria” de los humedales de Daimiel y Doñana.
Las asociaciones señalan que las condiciones que presentan los humedales esconden “amenazas como la sobreexplotación subterránea, la contaminación y los vertidos”.
WWF recuerda en un informe publicado en su página Web que el “espejismo de las Tablas inundadas de agua solo ocurre cada 14-16 años, esto desaparece tras un nuevo período de sequía”, acentuó que estos períodos causan graves problemas al Parque Nacional, como la pérdida de biodiversidad, invasión de vegetación terrestre, la contaminación del humedal y el incendio de la turba impermeable de la cubeta, como ocurrió a finales del 2009.
Por su parte, el responsable de Contaminación y Aguas de Greenpeace , Julio Barea, asegura “que no se está haciendo nada para salvar los humedales españoles”. En esta misma cuestión está de acuerdo la responsable del Programa de Aguas de WWF, Eva Hernández, que critica la falta de previsión por parte de la administración de Castilla- La Mancha porque actúa “como si Daimiel ya se hubiera salvado, sin poner en marcha todas las medidas posibles”. Según Barea ya han desparecido el 60% de los humedales españoles.
Las organizaciones exigen el adelanto de la protección en el plan de uso y gestión de los recursos naturales de este Parque Nacional y que también se contemple el reto de los humedales de la Reserva de la Biosfera de la Mancha Húmeda. Se pide también la eliminación de los pozos ilegales que van sangrando los humedales.
Nuevo plan insuficiente
Ayer se publicó el plan de ordenación de las zonas de regadíos del norte de la corona forestal de Doñana, que pretende ordenar la agricultura en este espacio. En él se definen las características que deben cumplir las explotaciones agrarias para poder regularizar su situación. Este plan también sugiere con su aceptación la clausura de entre 500 y 600 pozos ilegales.
Al ser un plan que utiliza como referencia el Plan de Ordenación Territorial del Ámbito de Doñana del 2004, se centra en los regadíos que existían por entonces, por lo que tendrán que desaparecer las plantaciones que hayan surgido posteriormente. Además, el nuevo plan tampoco regularizará los terrenos denunciados por cambio de uso sin autorización forestal-agrícola o los que han sufrido alguna transformación sin la autorización de la Administración Forestal.
Los ecologistas denuncian que la Consejería de Obras Públicas se negó a informar sobre el número de hectáreas que deben eliminarse, la previsión es que sean entre 800 y 1.000 hectáreas, aunque la Junta de Andalucía el verano pasado transmitió a los alcaldes la necesidad de eliminar entre 1.400 y 1.500 hectáreas. Los ecologistas ponen de manifiesto su crítica hacia esta falta de información en el plan así como también que éste no determine que cultivos quedan fuera de la ordenación.
Este plan, que se acordó en 2007, ha estado rodeado de presiones por parte de Ayuntamientos afectados, mercados internacionales, agricultores y asociaciones de ecologistas. La presión definitiva fue la visita de la UNESCO y el convenio Ramsar al parque de Doñana. Un día antes de la llegada de los expertos la Junta anunció la publicación inminente del plan de regadíos.
El plan estará en fase de información pública dos meses para que los afectados puedan presentar sus alegaciones al documento.
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