Educación cree que hay que corregir la desigual distribución del alumnado inmigrante

El consejero de Educación, Luis Cacho, ha visto hoy reforzada su “prioridad” de la necesidad “cambio de paradigma educativo” tras el informe PISA, hacia un modelo con una “mayor inclusión”.

Cacho ha ofrecido una rueda de prensa, un día después de conocerse los primeros resultados del informe, y ha considerado que “tenemos un buen sistema educativo, pero un tanto desequilibrado”.

El consejero ha avanzado un “cambio de modelo que integre las competencias no cognitivas” para el desarrollo de la “inteligencia emocional y social”; así como una nueva normativa que “refuerce la estrategia de mayor inclusión y cohesión social”.

Así, por ejemplo, cree necesario corregir el “desequilibrio” actual por la “desigualdad distribución” del alumnado inmigrante, con porcentajes polarizados de centros con entre un cuatro y un cinco por ciento y otros con un sesenta por ciento.

Se trata, ha dicho, en definitiva, de incorporar “nuevas estrategias para el éxito escolar” con el objetivo de que “todos” los alumnos “puedan contribuir al crecimiento de la región”.

En el informe, ha recordado el consejero, los alumnos riojanos obtienen 497 puntos en la competencia Matemática y 487 en la competencia Científica.

Esto supone que La Rioja se mantiene por encima de la media nacional en ambas competencias y enmarcada en el nivel promedio establecido por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).

Para el informe, participó una muestra ampliada de 1.657 alumnos de 15 años y pertenecientes a 23 centros educativos de la región, en representación de 2.845 alumnos.

“El reto no está en el rendimiento académico general, que es bueno, sino en mejorar la cohesión”, ha dicho, añadiendo “la necesidad de desarrollar el currículum” con un “desarrollo personal de cada alumno en sus facetas de componentes de la personalidad que permitan una transferencia más práctica para el desarrollo regional”.

En conclusión, ha avanzado que “la prioridad debe ser el cambio del modelo curricular integrando competencias no cognitivas y para el desarrollo de la personalidad creativa y emprendedora”.

Para ello, habrá un aumento de la inversión; un mejor desarrollo del personal docente con una reducción de la inestabilidad laboral, dado que hay un tercio de la plantilla de profesores interinos; y competencias para “ciudadanos más proactivos”.