El 30 por ciento de las mujeres con incontinencia toma antidepresivos
Este trastorno tiene un elevado impacto sobre la calidad de vida de la paciente. Además de un problema higiénico, el escape involuntario de orina en la mujer supone un serio condicionante para sus relaciones laborales, sociales y afectivas. Es tal, que se calcula que en torno al 30% de las mujeres que acuden a la consulta por este tipo de problema toma antidepresivos.
“Sin embargo, en la actualidad disponemos de un amplio abanico de tratamientos y técnicas quirúrgicas que, en un porcentaje elevado de pacientes, mejora notablemente su calidad de vida”, explica Luis Prieto, coordinador nacional del Grupo de Urología Funcional, Femenina y Urodinámica de la Asociación Española de Urología (AEU), que estos días ha celebrado su XVII Reunión Nacional de Urología Funcional, Femenina y Urodinámica. Al encuentro, en el que han colaborado los servicios de Urología del Hospital Universitario Doctor Negrín y del Hospital de Lanzarote, han acudido más de 200 expertos de toda España para debatir y analizar los últimos avances en la detección y manejo de las enfermedades del tracto urinario.
El pudor y la inseguridad son rasgos muy comunes en estas pacientes. Se estima que la mitad de las españolas con incontinencia no acuden al médico, un hecho por el que los expertos califican la patología como “enfermedad silenciosa”. Para el doctor Prieto, “esta actitud adquiere un cariz preocupante, dado que el 24% de las mujeres sufrirá este problema en algún momento de su vida”.
Dependiendo de cómo se produzcan las pérdidas de orina existen dos tipos de incontinencia: la incontinencia de esfuerzo y la de urgencia. La primera ocurre cuando se realiza algún tipo de esfuerzo, como hacer ejercicio físico intenso, toser o levantar peso; mientras que la de urgencia se produce cunado existen un fuerte deseo de orinar y no se puede controlar.
PROBLEMA COMPLEJO
El doctor Prieto aclara que la incontinencia urinaria no es una enfermedad en sí misma, sino un problema que responde a varios factores. “Las causas que están detrás de un escape involuntario de orina varían mucho dependiendo de la edad”, explica. En la mujer joven, el embarazo y el parto constituyen la principal causa del debilitamiento del suelo pélvico. Ya en la edad madura (entre los 45-60 años), la más frecuente es la incontinencia de esfuerzo. En estos casos, la mujer presenta una uretra incompetente asociada siempre a un suelo pélvico que ha perdido el tono que tenía en la juventud. Esto está directamente asociado a su vez con el descenso hormonal que se sufre en la menopausia.
En las mayores de 65 años, la causa dominante sería la hiperactividad vesical, que sucede cuando los mecanismos inhibitorios del reflejo miccional están alterados y se produce un fallo en el control voluntario de la micción. El afectado siente las ganas de orinar, pero no puede controlarlo.
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
Los casos de incontinencia urinaria de esfuerzo se pueden mejorar a través de una serie de ejercicios del suelo pélvico. “En el caso de las embarazadas”, comenta el doctor Prieto, “la rehabilitación del suelo pélvico debe realizarse en el último trimestre de gestación”. Sin embargo, como bien indica este experto, “conviene tener presente que estos ejercicios cuando no se realizan correctamente pueden ser contraproducentes, por lo que siempre se deben hacer bajo la supervisión del urólogo de referencia u otro profesional con conocimientos adecuados, como son la matrona y el fisioterapeuta”.
En cuanto a su tratamiento, hoy en día la colocación de bandas libres de tensión en mujeres con incontinencia de esfuerzo ofrece unos resultados satisfactorios en el 80% de los casos. En apenas 20 días tras la intervención, el paciente puede volver a su vida normal y, transcurridos los tres meses, “puede retomar su actividad sexual”, apunta este experto.
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