“El 7 de septiembre lo importante es que se haga un trabajo emocional de construir el grupo”
La llegada de Pedro Uruñuela Nájera (Logroño, 1947) como consejero de Educación se produce en un momento, sin duda, convulso. No solo para su propio departamento, que ha vivido meses de conflictos internos (con dimisiones de parte del equipo incluidas) y con otros actores de la comunidad educativa, como la escuela concertada por el cierre de unidades o con los sindicatos a cuenta del Plan de Contingencia para el próximo curso.
También en lo que respecta al Gobierno en pleno, que ha vivido en una semana la salida de dos consejeros, el predecesor de Uruñuela, Luis Cacho, y el titular de Sostenibilidad y Transición Ecológica, José Luis Rubio, además del cese de la directora general de Educación, Pepa Iriarte.
Frente a eso, el nuevo consejero apuesta por el diálogo y la cooperación. Como dijo en su discurso de toma de posesión, "nadie sobra, todos somos necesarios". En esta entrevista concedida a Rioja2, insiste en ese mensaje de colaboración para sacar adelante los retos del sistema educativo, empezando por la vuelta a las aulas tratando de prevenir la amenaza del coronavirus.
- ¿Cómo ha sido el desembarco en el Gobierno de La Rioja? Un domingo estaba en la playa y el martes, tomando posesión como consejero.
- (Ríe). Me llamaron y en 24 horas pasé de ser un abuelo jubilado que disfrutaba en la playa a asumir la responsabilidad de Educación y encontrarme una serie de problemas que están ahí y que hay que solucionar y abordar como sea. Yo, desde el momento en que mi familia me dijo que adelante, ya no lo volví a pensar. Adelante y a por todas.
- Pero conocía los problemas y que no venía al mejor ambiente posible. ¿Eso no le echó para atrás en ningún momento?
- No, conocía el ambiente porque ya me habían pedido colaborar en tiempos. Quienes me conocían a fondo eran los dos subdirectores, tanto Jesús, con quien tuve una larga tradición en FETE-UGT y en desarrollar la formación de equipos directivos, como Emilio, del que fui inspector en Fuenlabrada casi cuatro años. No conocía al consejero ni a la directora y me ofrecieron también, me los presentaron y colaboré en lo que me pidieron. Y también estuve al principio en uno de los grupos de trabajo en relación con el Plan de Contingencia, lo que pasa es que vi que eso se embrolló de mala manera, se lió, no se cumplieron los plazos... Yo pensé, “aquí pasa algo gordo” y tal. Luego ya cuando me llamó la presidenta, jamás me esperaba que fuera para esto.
- ¿Qué le ha dicho que espera de usted?
- Como primer objetivo, que consiga recuperar un clima de confianza y colaboración. Y en segundo lugar, que desarrollemos todo lo que hace falta en La Rioja, no solo para responder a la pandemia, sino para estabilizar un sistema educativo que necesita actualizarse, que va a haber una nueva Ley, etc.
- Tuvo ya una primera prueba el miércoles, con la reunión de la Mesa Sectorial para abordar el Plan de Contingencia. Los sindicatos siguen rechazando algunos de sus planteamientos y señalan que se sobrecarga a los docentes, que no hay indicaciones claras... ¿Cómo valora usted el documento final y esas alegaciones?
- Yo he llegado ya a un plan que estaba muy elaborado y lo único que he podido hacer es que se incorpore el máximo posible de las aportaciones de los sindicatos, cosa con la que el subdirector estaba completamente de acuerdo. ¿Que con más tiempo lo hubiéramos podido hacer mejor? Sin duda. Pero quiero resaltar algunas cosas y la primera de ellas es que es un plan abierto. Creo que era muy necesario para los centros y para las propias familias y, aunque muchos centros han sacado ya su plan de contingencia, que tuvieran una referencia desde la cual juzgar y adaptarla a su realidad.
En segundo lugar, creo que con más tiempo habría convencido, pienso que me ha faltado tiempo para hablar con los sindicatos, entender sus razones... Yo no pienso que se sobrecargue al profesorado de funciones que no le corresponden, porque no se le va a pedir que diagnostique a un niño, sino que tenga los suficientes conocimientos para detectar cuándo hay una situación anómala y una situación que exige la intervención de un profesional, es decir, reconocer determinados síntomas para que sean vistos y no vayan a más.
ANPE se quedó muy cerca, el STAR no lo conozco tanto por ser específico de la comunidad autónoma, pero creo que se puede dialogar y hablar. CSIF fue el que estuvo más duro y luego me alegro mucho de que CCOO y UGT lo apoyaran sin reservas, por supuesto haciendo sugerencias y soy el primero que admite que esto se puede mejorar. Insisto: es un documento abierto que habrá que ir revisando y mejorando, porque si algo tiene este virus es que es absolutamente impredecible.
- Desde el Ministerio se ha insistido mucho en la presencialidad, ¿usted está en la misma línea, para todos los niveles?
- Completamente. Recuperar la presencialidad era clave, pero añado: con suficientes garantías sanitarias, que los padres y madres estén muy tranquilos. ¿Por qué hay que recuperar la presencialidad? Primero, porque lo que más han echado en falta durante la pandemia los alumnos y alumnas es no tener a sus amigos al lado, haber perdido el contacto. No podemos olvidar que la interacción y relación entre las personas es uno de los elementos claves en el aprendizaje. Francesco Tonucci ha hecho un estudio en Europa y ha llegado a esa conclusión de que lo que más se reclama en todos los países es el contacto con otras personas.
Y la segunda razón para apoyar la presencialidad es que previene y rompe de alguna manera las desigualdades, que se han agravado con la pandemia. El Ministerio ha hecho un estudio y ha concluido que la brecha digital en España es del 30%. Muchas familias no tienen conexión a internet, otras solamente tenían el móvil, o tenían un ordenador para el teletrabajo y las clases... En el Plan tenemos previsto, en caso de que haya que ir a semipresencialidad, garantizar la dotación de ordenadores y romper la brecha digital como sea.
- ¿Va a ser suficiente con los fondos aportados por el Ministerio para estas dotaciones y la contratación de profesorado?
- De momento queremos contratar como mínimo 220 profesores. Y el resto, dedicarlo a la compra de material informático, a arreglos y obras que hay que hacer en algunos centros para adaptar espacios... Tenemos 1.400 tablets y queremos adquirir otras tantas. Y si no se llega, pues habrá que hacer un esfuerzo presupuestario y responder, porque si tenemos que llegar a una situación semipresencial hay que hacerlo con garantías y con calidad.
- En el caso de los alumnos más pequeños, ¿se va a trabajar con ellos de forma especial, con alguna didáctica?
- En el Plan se expone que desde los 3 a los 14 años predomine lo que llamamos el Grupo Estable de Convivencia, es decir, un grupo concreto de alumnos que no sobrepase de 25 y, a ser posible, de 20 y que tengan escasa rotación del profesorado, que el centro se organice para que entren de distinta manera, para que tengan sus itinerarios, que en los recreos no coincidan, así como en los comedores, los servicios complementarios... Y se va abriendo la mano con los de más edad, con los que se toman otras medidas de adaptación.
Y luego, para todos, a principio de curso se les va a pedir a todos los docentes que hagan, en primer lugar, un buen plan de acogida. El 7 de septiembre no es empezar a explicar las ecuaciones o la historia de España, sino lo importante es crear el grupo, que los niños y niñas expresen sus emociones, cuenten cómo han vivido la pandemia, se ayuden unos a otros, puedan expresar en algunos casos su tristeza por haber perdido algún familiar o conocido... Es decir, que se haga un trabajo emocional de construir el grupo, de crear un buen clima de grupo que va a ser clave para lo que venga después.
Y tanto a nivel de alumnado y profesorado como de familias queremos que la primera semana (los docentes antes, claro, para poderlo preparar) se insista en contenidos de prevención y formación sanitaria, de cara al coronavirus y a actitudes que pueden servir para toda la vida: desde el uso correcto de la mascarilla, por qué hay que lavarse las manos y mantener la distancia de seguridad, qué otras medidas de prevención se pueden hacer, etc. No se trata de que sean especialistas los docentes, sino de que sepan estas cosas elementales, al igual que los padres y madres, que queremos que entren en este planteamiento para que haya una continuidad entre el colegio y la casa.
Y en caso de que hubiera algún problema, también estamos tratando con el servicio médico y la contratación de enfermeras y otro personal que pueda haber, que también saldrá de ese fondo estatal. A mí me preocupa empezar el 7 de septiembre y empezar bien, con condiciones con las que los padres y madres estén tranquilos.
- A falta de un mes para el inicio de las clases, ¿qué mensaje transmite, sobre todo a las familias?
- Quiero transmitir dos mensajes. El primero de ellos, al profesorado, que a pesar de las dificultades ha trabajado muy bien y quiero seguir contando con ellos y con plena confianza. Y el segundo mensaje, para las familias, que queremos garantizar una buena educación presencial de calidad y con las condiciones necesarias desde el punto de vista sanitario para prevenir la Covid. Todo min empeño va a ser ese y, si hay algún problema, les atenderé muy gustoso o a sus representantes, porque entiendo perfectamente la necesidad de tranquilidad.
- Otro de los temas que se han enquistado con su predecesor es la relación de la Consejería con la enseñanza concertada. ¿Cómo la va a abordar teniendo en cuenta el Pacto de Gobierno? ¿Se ha reunido ya con representantes de este sector?
- No me he reunido, esta semana la he dedicado a sacar adelante el Plan de Contingencia y la semana que viene tengo ya citas con padres y madres y quiero reunirme con la concertada. Para mí hay problemas y están pasando en todos los sitios porque hay un problema general, que afecta tanto a la pública como a la concertada y es que, en los últimos 10 años, la natalidad ha descendido muchísimo. Tenemos diseñado un servicio para cuando había muchos más alumnos y alumnas y tenemos que ver la manera de readaptarlo y acomodarlo a las circunstancias que tenemos. Yo eso quiero hacerlo hablando y negociando, no imponiéndolo.
En la toma de posesión insistí en que creo y defiendo la escuela pública, pero defiendo la escuela pública como un proyecto no excluyente. Es decir, en la escuela pública tiene cabida toda aquella persona que quiera trabajar por una buena educación, de calidad, por el desarrollo integral de los niños y niñas y la invitación va a ser a que participen, lo cual no supone que vamos a romper el compromiso de Gobierno ni mucho menos. Pero vamos a hacerlo de una manera argumentada, razonada y buscando acuerdos.
Yo parto de una experiencia, en 2004, tras el suicidio de Jokin Ceberio, se llevó a cabo una tarea de concienciación social muy importante (el tío de Jokin era el director de El País) sobre los problemas de violencia entre iguales, y el secretario de Estado, Alejandro Tiana, me encargó poner en marcha el Plan Estatal de Convivencia. Y me reuní con todos los sindicatos de la pública y la privada, con las confederaciones de padres, las organizaciones de estudiantes... Precisamente mi espina es que no conseguí que el sindicato de estudiantes firmara el pacto, fueron los únicos. Es el modelo que tengo en mente y creo que es el camino, ponerse de acuerdo.
- ¿Cree que es reconducible la situación ahora, dado lo polarizado que parece estar el debate?
- Yo pienso que sí. Habrá que ir despacio, no digo que de hoy a mañana. Hay que ver la mejor manera de que se pueda llevar a la práctica, pero yo no renuncio a mi principio abierto de escuela pública, que no supone que sea de titularidad estatal sino que es un proyecto público, social, en el que tenemos cabida mucha gente. Y aspiro a conseguirlo.
- Tiene pendiente la reorganización de su equipo. ¿Tiene en mente la persona o el perfil que quiere incorporar a la Dirección General de Educación?
- Te lo cuento en cuanto lo tenga (ríe). Estoy pensando y he contactado a varias personas, me preocupa más nombrar los jefes de servicio que dimitieron en la etapa anterior. En el día a día, tener un buen jefe de servicio es fundamental para que las cosas funcionen y los programas salgan adelante. No tengo jefe de servicio de Inspección, se van a incorporar cinco nuevos... En eso estoy ahora.
- Esas oposiciones a inspector pudieron celebrarse pero están pendientes las de Secundaria. ¿Eso sigue en mente?
- Con el subdirector he hablado de que tenemos que hacer una convocatoria para interinidades, me parece importante en estas condiciones acelerar las sustituciones y cubrir las vacantes cuanto antes. Y luego hay que convocar oposiciones, está claro.
- Con todo lo que tiene sobre la mesa en Educación, ¿se ha podido detener en el resto de áreas de su competencia, como la Cultura?
- Todavía no, la semana que viene, les he pedido que me dejasen esta semana centrarme en Educación. Como anécdota, mi hija mayor es conservadora de museos y me tiene dicho que si no empiezo ya con Cultura, viene para aquí y me pone las pilas (ríe).
0