El apuñalador de Lleida recibe tratamiento por trastorno delirante

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El estudiante de Medicina que apuñaló el 22 de septiembre de 2014 a cinco personas en Lleida (cuatro inmigrantes), Alejandro R.V., está recibiendo tratamiento en la cárcel por un trastorno paranoide que en momentos de descompensación derivan en un trastorno delirante.

El tratamiento comenzó en junio, según ha explicado el joven y el psiquiatra que le atiende, Jaume Baró, este martes en el Juzgado de Instrucción número 4 de Lleida, que juzgaba una agresión del estudiante a su vecino de celda en el Centre Penitenciari de Ponent, ocurrida en noviembre.

El psiquiatra ha explicado que el rasgo fundamental de su patología es tener desconfianza, sentirse perseguido y ver que otras personas quieren hacerle daño.

“Alejandro tiene una patología dual por un lado un trastorno de la estructura de la personalidad de base que, en determinadas circunstancias como la que se produjeron el 22 de septiembre tras producirse una descompensación gravísima que da lugar al diagnóstico de trastorno delirante”, ha explicado.

Según su opinión, en septiembre, cuando se produjeron los acuchillamientos, el joven no tenía conciencia clara de lo que hacía: iba por la calle apuñalando a diestro y siniestro, sin ninguna prevención a ser filmado por las cámaras, ha apuntado.

Respecto a la supuesta ideología xenofobia del agresor, el psiquiatra ha remarcado que la ideología xenófoba y el racismo son conceptos sociológicos y no pisquiátricos, al tiempo que ha precisado que una persona con una patología similar “puede verse amenazada desde su paranoia por personas con características diferentes a las propias, es el miedo al extraño”.

A pesar de las reiteradas peticiones del inicio de tratamiento por parte de su abogado y del psiquiatra en la cárcel de Lleida, la prisión leridana no inició la medicación que en cambio sí comenzó la de Logroño en junio, cuando fue trasladado a La Rioja para asistir a un juicio por otra agresión hace unos años en esta ciudad, en el que se le reconoció la atenuante de trastorno de personalidad y que finalizó con un pacto entre fiscal y abogado por el que cumplirá dos años y dos meses de prisión.

Pide disculpas

En el juicio de este martes, el joven ha pedido disculpas a su vecino de celda, al que pegó “con el puño en la cara tres o cuatro veces”, según su versión porque le había amenazado con una cuchilla y según el otro recluso (de origen chino) porque fue al lavabo y al estudiante no le gustó que lo usara.

“Pido sinceras disculpas”, ha afirmado en el juicio, que ha quedado visto para sentencia y en el que la fiscal ha pedido seis días de multa y una indemnización de 420 euros.

También ha contado que los funcionarios han visto que su comportamiento ha mejorado y que pronto saldrá de la celda de aislamiento.

Su abogado, Jon Zabala, ha avanzado que este miércoles incorporará el informe del psiquiatra a la causa que investiga las agresiones del 22 de septiembre de 2014.

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