El Calzados Robusta falla en el peor momento
Mal momento escogió el Calzados Robusta para dejarse la agresividad y la ambición en el vestuario. Era el día y el momento de dar un paso adelante, de confirmar que se quiere sobrevivir en LEB Oro. Llegaba el Magia Huesca al Palacio con idéntico balance que los riojanos y el 75-84 de la primera vuelta que albergaba esperanzas de, al menos, controlar el basketaveraje. Resultó imposible para un equipo tocado, y mucho, en lo anímico que debe recuperarse, cuanto antes, del mazazo sufrido este domingo. El 53-73 evidenció que un equipo sacó al otro del campo. Los 39 rebotes visitantes frente a los 22 locales y el pírrico 17% en tiros de tres de los logroñeses demuestran que la intensidad y la concentración fue por barrios.
Uno ejecutó lo que había que hacer, el otro, presa de los nervios, de la ansiedad, del desgaste físico o de la incapacidad, sufrió un bloqueo poco entendible para una grada que jaleaba cada acción visitante -había 200 valientes venidos de Huesca- y que mostró la mayor indiferencia posible con los suyos. El marcador final determina que el Clavijo tiene 4 partidos para salir del abismo, para abandonar la zona peligrosa. No será fácil. Y ya no vale de excusa ese 0-7 con el que comenzó la temporada. Antonio Pérez explicaba en rueda de prensa que se encuentra fuerte en lo mental para arengar a sus jugadores y que éstos deben hacer autocrítica para mejorar sus prestaciones y poder recuperar el ánimo para encarar el duelo ante Burgos.
De partida, la idea era clara. Kupsas, Kupsas y Kupsas. El problema vino cuando el pívot desapareció a los seis minutos por dos personales. Cuando vio la tercera a los 20 segundos en el tercer cuarto -estuvo en el banquillo todo el primer tiempo- y cuando recibió la cuarta a los 19 segundos de iniciarse el último período. Si quería ayudar, no le dejaron. Es lógico que estuviera ausente de lo que acontecía. Lo dicho, si al Calzados Robusta le pones a Kupsas -Gerun en el primera vuelta- el ataque sonríe, se vuelve más ágil, más fluido, más agradecido para todos.
Pero si el lituano está en el banquillo mucho tiempo, como sucedió, y el acierto exterior brilla por su ausencia, el encuentro se vuelve áspero, intermitente, feo para el espectador y peligroso para los intereses de un Clavijo que no se puede permitir regalar minutos a su adversario. Eso hizo en el Palacio ante un rival directo como Magia Huesca. Por suerte, los oscenses no supieron o no pudieron dar con la tecla para escaparse, para sentenciar cuando debían. Apenas aprovecharon la sequía anotadora de los locales que se atascaron en el punto 15 y estuvieron seis minutos y medio sin sumar. El parcial de 0-7 tras el 15-17 debió ser más amplio, pero el conjunto de Guillermo Arenas se ofuscó, se precipitó en las transiciones, en los tiros y confundió lo que había que hacer para noquear a un oponente negado ante el aro.
Por fortuna, el 15-24 se convirtió gracias a Norris, salvador en momentos difíciles, y a un triple de Garrido en un 24-27 esperanzador porque tras ver una mala versión del Calzados Robusta era esperable otra tras el descanso. Por eso el 26-30, cargado de fallos y pese a la inferioridad en el rebote de los locales, se podía dar como muy bueno, ya que después del 8-10, aún con Kupsas en pista, el duelo mutó en una concatenación de errores que impidieron ver un buen partido de baloncesto.
El arranque del tercer cuarto, con la tercera del lituano, no ayudaba al cambio. Tampoco que se pitara todo, lo que provocó falta de ritmo y dinamismo tanto en el juego como en el tanteo. Pressley y Galarreta monopolizaban los ataques locales, mientras que Magia Huesca buscaba por dentro para sacar fuera, como hizo con el triple de Simovic, 29-35. El serbio asumía el mando para llevar a los suyos por encima de ese 75-84 vivido en Huesca.
El 35-46 hacía despertar a Norris que volvía a salvar a los suyos para neutralizar los 5 puntos consecutivos del ala serbio, 40-46. Pero dos triples de Gantt y Gintvainis dejaba al descubierto un boquete de 10 puntos a la conclusión del tercer período, 42-52. El objetivo, más allá de ganar, pasaba por evitar que los oscenses se llevara el basketaveraje, pero un 3-8 en poco más de tres minutos daba ya por imposible el triunfo.
El 45-60 hacía las delicias de los cerca de 200 aficionados oscenses, mientras que la grada local se mostraba apática -incluso la Peña El Mate se iba antes de la conclusión- ante el aluvión de malas decisiones locales. El parcial iba en aumento hasta alcanzar la veintena de puntos, 45-65. Bulic, por si acaso, sentenciaba con varias acciones individuales que sonrojaban a una defensa endeble.
Claro que el caos en ataque continuaba. Con Kupsas ausente, con Pressley fuera por un codazo -operado de urgencia por fractura del tabique nasal-, había pocas cosas a las que agarrarse. Lo mejor era que el choque acabara, despertar de un mal sueño y empezar a trabajar cuanto antes para recuperar al grupo de cara al duelo frente al Burgos. Lo único que cabe pensar es en que este tropiezo, grave porque Magia Huesca se escapa en la clasificación –una victoria más el basketaveraje-, debe servir para que el Clavijo, si quiere seguir en LEB Oro, recapacite y empiece a poner sobre la pista lo que hay que poner -ambición, agresividad- porque de lo contrario lo que comenzó como una temporada ilusionante se puede convertir en desastre. El punto de más dado a Norris (debió ser 16-24 y no 17-24), falló un tiro libre que le dieron por bueno, fue algo anecdótico.
FICHA TÉCNICA
Calzados Robusta: Garrido (6), Galarreta (13), Bonifant (2), Pressley (10) y Kupsas (6) cinco inicial, Martín, Tunde, Norris (16), Bravo y Birgander.
Magia Huesca: Pablo Pérez (3), Gantt (10), Lafuente (3), Simovic (14) y Fontet (9), cinco inicial, Gintvainis (10), Motos (4), Bulic (11), Portález (9) y Malo.
Parciales: 15-20, 11-10 (26-30 al descanso), 16-22 (42-52), 11-21 (53-73 final).
Árbitros: Javier Torres Sánchez y Antonio Manuel Zamora Rodríguez.
Incidencias: Unos 600 espectadores en el Palacio de los Deportes, con alrededor de 200 aficionados de Huesca.
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