El cáncer de colon, un grave problema sanitario del país
Este sábado se celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Colon. En La Rioja, desde la Consejería de Salud, se insiste en la importancia de dar visibilidad a esta enfermedad y animar a la sociedad, en concreto a personas de entre 50 y 74 años, a participar en el programa de detección precoz del cáncer de colon que el Gobierno de La Rioja puso en marcha en 2010.
193 diagnósticos oncológicos y 1.998 lesiones premalignas
Desde el principio, aseguran desde Salud, este programa ha permitido diagnosticar desde su inicio 193 procesos oncológicos y 1.998 lesiones premalignas, y que “en la mayoría de los casos se ha podido establecer una pauta terapéutica antes incluso de que la enfermedad presentara síntomas”.
A nivel de nacional y de acuerdo con los datos publicados por REDECAN (Red Española de Registros de Cáncer), el tipo de cáncer más frecuentemente diagnosticado en nuestro país el año 2015 fue el de colon y recto (41.441 casos), siendo el segundo más frecuente, tanto en varones (24.764 casos) como en mujeres (16.677). Por otro lado, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Epidemiología, se calcula que la mortalidad por cáncer de colon y recto en el año 2014, también en España, fue de 11.778 muertes (6.951 varones y 4.827 mujeres).
Grave problema sanitario
Todas estas cifras demuestran que el cáncer de colon y recto es un grave problema sanitario en nuestro país, en cuyo diagnóstico temprano (cribado) y tratamiento se están invirtiendo muchos recursos humanos y materiales.
El diagnóstico temprano, o prevención secundaria, buscando pólipos -precursores de dicho cáncer-, o cánceres en fases iniciales, que todavía no han dado síntomas, se hace mediante la colonoscopia. Ésta se lleva a cabo cuando hay antecedentes familiares (cribado familiar, que se inicia a los 40 años, o 10 antes de la edad de diagnóstico del familiar afecto), o sin ellos (cribado poblacional, en población de riesgo promedio, que se suele iniciar a los 50 años).
Pero además del diagnóstico temprano los expertos también aconsejan poner el acento en la prevención primaria. Es decir, dar a conocer, educar y estimular una serie de hábitos y factores saludables. Estos incluyen una variedad de factores dietéticos, la actividad física regular y el uso corriente de aspirina y de anticonceptivos orales en mujeres premenopáusicas y han sido recogidos por El País.
Dieta, consumo de frutas y verduras
En cuanto a la dieta, el consumo de frutas y verduras puede producir un pequeño beneficio de protección frente a este tumor. Los patrones dietéticos vegetarianos se han asociado con una reducción significativa del riesgo del mismo. El consumo de fibra dietética, en particular la procedente de los cereales integrales, como el salvado de trigo sin procesar, está asociado inversamente con el riesgo de cáncer colorrectal, y parece proteger especialmente frente al cáncer de recto.
En cuanto al ácido fólico, su uso es controvertido, pese a que se suele recomendar. Más al contrario, la suplementación de ácido fólico en adultos podría ser perjudicial, en lugar de beneficiosa, para la formación de adenomas o pólipos, que son los precursores del cáncer de colon y recto. Por tanto, en principio, sus suplementos no son recomendables.
Otro posible factor protector es el aumento de la ingesta de calcio dietético o suplementario (procedente de la leche y/o del yogur, no de los quesos y la nata, con alto contenido en grasa) que parece que previenen la aparición de pólipos de colon y, en mucha menor medida, reducen el riesgo del cáncer de colon, pero no el de recto. Los suplementos de magnesio pueden también reducir el riesgo de cáncer de colon y recto, particularmente en las mujeres.
El consumo de pescado azul, rico en ácidos grasos omega 3, también se ha asociado con una menor incidencia de pólipos y cáncer de colon.
La prevención también pasa por reducir el consumo prolongado o excesivo de carnes rojas y procesadas (embutidos, tocino, jamón, cecina de vacuno, carne enlatada, así como carnes ahumadas, saladas, fermentadas o curadas) y evitar cocinar a altas temperaturas. La OMS (Organización Mundial de la Salud), en 2015, equiparó estos alimentos en la misma categoría de riesgo para el cáncer que el amianto, el tabaco y el alcohol.
Finalmente, también se ha sugerido que el consumo de ajo está asociado con una reducción del riesgo de pólipos de colon, si bien la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) americana afirma que “las pruebas creíbles de la relación entre el consumo de ajo y un menor riesgo de cáncer de colon son muy limitadas”.
El ejercicio regular, efecto protector
En este sentido, la actividad física regular ejerce un efecto protector frente al cáncer colorrectal, aunque se desconoce el mecanismo que subyace a este aparente efecto protector de la actividad física frente a este tumor maligno.
En la prevención también se ha demostrado eficaz controlar, combatir o eliminar los factores de riesgo, como son la obesidad, la diabetes, el tabaco y el alcohol.
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