El cutting: la peligrosa práctica de cortarse la piel popularizada entre adolescentes
Algunos adolescentes lo hacen para llamar la atención, otros para mitigar algún dolor psicológico con el dolor físico...El cutting, consistente en realizarse pequeños cortes en la piel, ha estado siempre presente entre los jóvenes, pero antes aparecía más relacionado con trastornos mentales y ahora no necesariamente. La Rioja no es ajena a esta “moda”.
Como han detallado varios adolescentes a Rioja2, lo hacen sobre todo chicas, que se autolesionan en muñecas o antebrazos con una cuchilla o un compás. “Dicen que lo hacen porque lo están pasando mal y así consiguen atención”, explican. De hecho, en ocasiones son las más populares las que optan por esta 'práctica'.
¿Qué lleva a una adolescente de 13 años a querer cortarse una muñeca? Como indica el profesor de la Universidad de La Rioja y doctor en Psicología, Eduardo Fonseca, uno de los motivos por el que los adolescentes se cortan voluntariamente es la baja autoestima. “Este comportamiento, además, se retroalimenta. Tienes la autoestima baja, te cortas y consigues que la gente te haga caso, lo que te motiva a seguir haciéndolo”.
Otra de las causas es buscar aliviar un sufrimiento emocional a través de un dolor físico. “El sufrimiento físico te evita el psicológico, se provocan un dolor controlado para evadir esas inquietudes”, explica Fonseca, quien recalca que hay que entender que la adolescencia es una época de muchos cambios y en la que la personalidad no está formada del todo.
“Los adolescentes todavía no tienen estrategias o herramientas para controlar un malestar”. De ahí que el III Plan de Regional de Salud Mental esté haciendo hincapié en la prevención y la promoción de la salud mental entre los jóvenes, para que sepan controlar sus emociones y no lleguen al punto de infligirse daño.
¿Qué hacer si descubres que tu hijo se autolesiona? Ante todo, no hay que alarmarse si se ve una pequeña herida, porque “no es lo mismo un corte que cuarenta”, en palabras de Fonseca, y además no tiene por qué estar relacionado con un pensamiento suicida. Eso sí, no deben dejarlo pasar, ya que puede indicar que algo está pasando en la cabeza del menor. Puede que sea más vulnerable hacia los problemas y que no tenga las estrategias necesarias para afrontar el día a día.
“Deberían escuchar al niño, sin criticar ni juzgar (escucha activa). Hay que dejar un espacio abierto para que hable cuando quiera hacerlo y también pedir ayudas a profesionales, como el orientador del centro”. No pasar por alto, en definitiva, las señales de alarma.
0