El editor de libros
Thomas Wolfe es un diamante en bruto, un escritor de gran talento, pero incapaz de gestionar su creatividad. Su éxito y reconocimiento llegarán gracias a su editor, el gran Max Perkins, descubridor también de Hemingway, Steinbeck y Fitzgerald. Perkins dedicó miles de horas a pulir los defectos de la literatura del genial Wolfe. Pero sobre todo, con él y su esposa compartió una extraordinaria historia de amistad.
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