El sobrino del fallecido al ingerir desatascador dice que el acusado amenazaba a su tío y no le dejaba hablar con él

El sobrino del fallecido al ingerir desatascador dice que el acusado amenazaba a su tío y no le dejaba hablar con él

Rioja2

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El sobrino del hombre de 82 años fallecido a causa de un envenenamiento por líquido desatascador ha asegurado que su tío le dijo que “estaba atemorizado” por el acusado y que le había “amenazado” con “partirle las piernas” por un problema con el alquiler de un trastero. Además, asegura que su relación con la víctima era “normal” y niega que el anciano tuviera intenciones suicidas.

El sobrino de la víctima ha comparecido este martes en la segunda sesión del juicio contra, A.V.M, de 46 años y sin antecedentes penales, que se celebra por jurado popular ante un delito de asesinato con alevosía, al envenenar presuntamente -en agosto de 2020- a la persona que cuidaba, un hombre impedido de 82 años, con un líquido desatascador.

En su declaración, el sobrino de la víctima ha reconocido que el carácter de su tío era “difícil”. “Tenía mucho genio, no admitía consejos, y si se le metía una cosa en la cabeza ante su 'sí' no había un 'no'. Además tendía a gritar cuando hablaba” y “miraba mucho el dinero”. A día de hoy, afirma, “no sabemos qué ha pasado con la herencia de mi tío”.

“Mi tío me dijo que tenia un problema con el acusado”

A preguntas del Fiscal, el sobrino ha relatado que un día, en julio de 2020, “me llamó mi tío porque quería hablar conmigo por un problema que tenía” con el acusado. Reconoce que su tío “me esperó en el portal de mi casa, porque estábamos en pandemia” y yo “bajé a hablar con él y nos sentamos en un banco a hablar”.

Ese día me dijo “que había alquilado un trastero a esta persona (al acusado), le había pagado el primer mes y después había dejado de pagarle y le había cambiado las llaves de la cerradura y no podía cambiar la llave porque le había amenazado con romperle las piernas si cambiaba algo”.

Además, según la declaración del sobrino, “mi tío me dijo que tenía miedo porque (el acusado) vivía cerca” y le pidió que le llamara “para ver si yo podía mediar”, ha afirmado el sobrino. “Según lo que oí, tengo la idea de que mi tío estaba atemorizado” por esta persona.

Tras esa conversación “le dije que fuéramos a casa” del ahora acusado a hablar con él aunque mi tío se quedó abajo “porque no quería subir a su casa”. En ese momento “nadie contestó” a la puerta. Así que “le pedí el teléfono del acusado pero mi tío me dijo que lo tenía apuntado en un calendario en casa y después me lo facilitó”.

Tras llamarle por número oculto “porque no me daba buena espina, conseguí hablar con él y éste me dijo que era todo mentira, que su tío estaba 'loco', y que él no le había alquilado ningún trastero. El sólo quería alquilar una plaza de garaje pero cómo estaba ocupado no lo podía alquilar”, ha indicado.

Después de ello, ha afirmado, “fui a un bar con mi tío y el acusado para hablar, quedamos a las 16,00 horas y yo llegué a las 15,30 horas pero ya se veía que llevaban rato juntos, con la consumición tomada y todo”. Le pregunté de nuevo “si había pasado algo” y mi tío “en ese momento, no contestó. Solo que quería solucionar el problema del trastero”. Además “tras una discusión le dijo que le quería quitar todo, el dinero y todo”, ha indicado el sobrino.

“Llamaba continuamente y (el acusado) me colgaba”

Por su parte, el Fiscal también ha querido conocer cómo se enteró la familia de la víctima de cuándo le dio el ictus. “Una vez me enteré, que no fue por ellos, intenté ponerme en contacto con ellos pero llamaba continuamente y (el acusado) solo me colgaba”.

Finalmente, “me cogió y al preguntarle qué pasaba y por qué no nos habían avisado me dijo que mi tío estaba 'de puta madre' en la Concha de San Sebastián tomándose un copazo y fumándose un puro, algo que le recriminé porque después de un ictus llevarlo de vacaciones y estar así no me parecía bien. Le pedí que me pasara por teléfono a mi tío pero el acusado me dijo que no quería hablar con nadie y no quería saber nada de la familia”.

Ante este punto, indica, “tal y como hablaba mi tío de fuerte, si hubiera estado ahí mi tío yo le hubiera oído. Yo en ningún momento oí la voz de mi tío”. Una vez falleció su tío, el sobrino recuerda que “alguien activó el proceso de deceso del que solo se podía hacer cargo el acusado. Ya en el tanatorio ”nos dijeron que la familia no se podía hacer cargo de nada ni tuviera acceso a nada“.

A preguntas de la defensa, el sobrino ha indicado que normalmente “no iba de vacaciones” y, sobre los escritos aparecidos en el domicilio de la víctima la noche de los hechos -indica- que los ha conocido por la prensa y “me extrañan”. Además, tras leer la carta escrita -a petición del jurado popular- asegura que “no son expresiones de mi tío” y está “muy mal redactada”.

Juicio por asesinato con alevosía

El fiscal pide 23 años de cárcel para A.V.M., de 46 años, sin antecedentes penales, por un delito de asesinato con alevosía, al matar a la persona que cuidaba, un hombre impedido de 82 años, con un liquido desatascador. Además, le reclama una indemnización de 300.000 euros “a quienes resulten ser los herederos”.

Según el escrito, al que ha tenido acceso Europa Press, el acusado entró en contacto con la víctima, J.V.L., cuando le alquiló una plaza de garaje y un trastero de su propiedad en la Calle Beratúa de la ciudad de Logroño.

Poco después el acusado comenzó a ejercer funciones de asistencia a J.V.L., en un principio sólo durante el día y con posterioridad llegando a pernoctar el domicilio de la víctima, debido a que éste sufrió un ictus -por lo que estuvo hospitalizado desde el día 11 hasta el día 14 de julio de 2020- y necesitaba una mayor atención, al quedarle como secuela problemas de movilidad.

Tres días después de salir del hospital, el acusado acompañó a la víctima a una notaría, donde éste último “otorgó testamento instituyendo heredero al acusado con la obligación de prestarle asistencia y cuidados hasta su fallecimiento”. Dicho testamento revocaba otro en el que instituía como herederos, por mitad e iguales partes, a sus sobrinos.

Posteriormente, el 4 de agosto de 2020, el acusado acudió al establecimiento de productos de fontanería donde compró un producto desatascador profesional. Esa misma noche, administró a la víctima el medicamento Noctamid, “en cantidad ligeramente superior al rango terapéutico, para provocarle somnolencia, y hallándose en ese estado, que le impedía defenderse, el acusado le hizo ingerir parte del producto desatascador mencionado anteriormente, con el propósito de causarle la muerte y poder heredar sus bienes”.

Transcurrido un cierto tiempo desde dicha ingesta, el acusado llamó al servicio de emergencias SOS Rioja. Tras acudir el personal sanitario al domicilio, y tras una primera asistencia, fue trasladado al servicio de urgencias del Hospital San Pedro, donde ingresó a las 02,32 horas del día 5 de agosto.

La víctima falleció a las 07,50 horas del mismo día, siendo la causa inmediata de la muerte “fallo multiorgánico secundario a perforación gástrica y la causa inicial o fundamental perforación gástrica por ingesta de producto químico ácido”.

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