Fuga de cerebros: La Rioja gana jóvenes, pero pierde profesionales con titulaciones superiores
La Rioja es una comunidad atractiva para la juventud de entre 25 y 39 años. Es al menos lo que se desprende del Censo de Población y Vivienda de 2021, un estudio que arroja una cifra positiva. Y es que, a La Rioja llegan 8.721 personas de esa franja de edad y se van 7.374. Saldo positivo de 1.347 personas. Y, ¿de dónde vienen? El 14% de Navarra, el 11% de Bizkaia, el 7% de Álava, igual porcentaje que los procedentes de Madrid (7%) y un 6% de Burgos. Por el contrario, la mayoría de riojanos y riojanas que se van lo hacen a Madrid (21%), Navarra (16%), Álava (9%); Zaragoza (8%); y Barcelona (6%).
Redondo llegó de Ciudad Real y Muñoz se fue a Barcelona
Beatriz Redondo es una de esas jóvenes que cambió su lugar de residencia por La Rioja. Tiene 32 años, nació en Valdepeñas, Ciudad Real, pero estudió en Talavera de la Reina. Allí se formó como logopeda y comenzó su vida laboral en Madrid. Sin embargo, cambió la capital por Logroño porque aquí, en Logroño, le ofrecían mejores condiciones laborales. “Llevo en Logroño desde 2017, me vine sola, por trabajo”, cuenta a Rioja2. Y seis años después, Redondo ha montado ya su propia empresa. “Primero fui trabajadora por cuenta ajena y desde 2022 estoy al frente de Logoteando” e incluso ya tiene vivienda propia. En tan sólo seis años, Redondo ya se siente como en casa. “La Rioja es una comunidad estupenda con unos paisajes y una naturaleza increíble y vivir en Logroño es muy cómodo porque es una ciudad pequeña con todos los servicios y muy bien ambiente”. Quizás dos peros, “estar lejos de mi familia y el frío que hace”. Aún así, esta logopeda no tiene intención de volver a su tierra, de momento. “Nunca digas nunca, por ahora estoy muy a gusto a quí en Logroño”.
Un saldo positivo que no lo es tanto si analizamos el nivel de estudios de los y las riojanas que desarrollan fuera de La Rioja su proyecto de vida. Y es que, según el Censo de Población y Vivienda de 2021, La Rioja pierde 123 personas con estudios superiores, mientras que gana alumnado con Bachillerato y Formación Profesional (+714) y con estudios de ESO y Primaria (+774).
Es el caso de Amanda Muñoz. Salió de Fuenmayor con 18 años para estudiar Biotecnología en la Universidad Autónoma de Barcelona y continúa en la misma ciudad desarrollando su carrera como investigadora. “Me marché porque lo que quería estudiar no estaba en la Universidad de La Rioja, pero siempre he dicho que si me hubiera podido quedar, lo hubiera hecho”, asegura.
No obstante, después de nueve años en Barcelona, también subraya que “salir fuera me ha dado un complemento extra a la hora de saber organizarme, vivir de forma independiente con 18 años y cosas que valoro mucho a nivel académico”. Aunque es consciente de que “irse a estudiar fuera es un gasto que todo el mundo no se puede permitir”.
Amanda Muñoz presentará su tesis doctoral en los próximos días y empieza a pensar en el futuro. A pesar de que los próximos años pasan por trabajar en el extranjero, tiene claro que quieres establecerse en España y teniendo la mirada puesta en La Rioja, “intentando estar al día de la investigación que se hace allí, pensando que podría aportar y cómo acercarme”.
“La Rioja cada vez está invirtiendo más en ciencia e institutos de investigación. Sí que está centrado en la viticultura pero creo que cada vez se abre más espacio a que quienes se han ido fuera puedan volver”, dice destacando el papel como referencia de la Universidad de La Rioja, el CIBIR o algunos de los congresos científicos que se han celebrado, aunque considera que La Rioja todavía debe potenciar más la atracción de talento.
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