¿Hasta dónde llega el espectáculo?
@page { size: 21cm 29.7cm; margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } Gran Hermano es el personaje omnipresente que ideó George Orwell en su novela “1984” hace ya 60 años. Ese tirano que era el líder de un partido totalitario que ejercía su poder sobre la población mediante el adoctrinamiento, la propaganda, el miedo y el castigo despiadado. Ese que todo lo ve, todo lo oye, ese que sabe hasta lo que piensas.
Hace años volvió a aparecer este nombre. Curiosamente, se trataba de un programa de televisión en que los concursantes estaban sometidos durante unos meses a la mirada ininterrumpida del espectador. Así, convirtiendo a la población en el propio Gran Hermano, alcanzó cotas de audiencia inimaginables y este programa se propagó por todo el mundo.
De esta manera llegó hasta la India. Este año este programa lo presenta una actriz de allí, Shilpa Shetty. Shilpa había concursado en el Gran Hermano británico, donde había sido insultada por Jade Goody, otra participante. Jade acusó a la actriz india de “querer ser blanca” y de “comer con las manos”.
Por esta polémica, Jade había decidido probar suerte y lavar su imagen en la versión india del reality, que comenzó hace unos días. Los productores vieron en la relación de ambas un filón para el programa y por eso decidieron incluirla entre las 14 celebridades que conviven en el concurso.
Lo que nadie se esperaba, es lo que pasó. Jade tuvo que abandonar el programa tras recibir una llamada de su agente, en la que se le comunicaba los resultados de unas pruebas que se había realizado en Reino Unido antes de entrar en GH y en las que se le diagnostica un cáncer cervical.
La concursante rompió a llorar en el momento en que recibió la devastadora noticia delante de sus compañeros, algo que, por supuesto, no escapó del ojo avizor de Gran Hermano.
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