La ambición tiene su premio

La ambición tiene su premio

Rioja2

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La ambición y la valentía provocan que Las Gaunas vuelva a saborear un triunfo, merecido, de la Unión Deportiva Logroñés. Hacía falta. La resaca del Copa del Rey no invitaba al optimismo ante la llegada de un Guijuelo, cierto, venido a menos. Pero los de Rubén de la Barrera venían con la vitola de ser un conjunto al que le gusta combinar, manejar los tiempos y había que contrastarlo con el juego, poco lúcido e irregular de los últimos choques en el municipal. La fidelidad a un estilo, en este sentido, propició que los blanquirrojos recuperaran su mejor versión gracias al arrojo de su propuesta: presión alta y verticalidad en sus acciones. Sin duda, lo peor del choque, fue el resultado, un 1-0 demasiado corto para los intereses del segundo clasificado -la Cultural emaptó a cero contra el Izarra- del grupo I de Segunda B.

Al pie o al espacio, con pausa o con velocidad, ataque escalonado o saltándose líneas, horizontalidad o verticalidad. Son las diferencias, entre otras, vistas entre dos equipos que quieren el mismo fin, ganar, pero que optan por distintos modos de alcanzar el objetivo. Carlos Pouso achacaba jornadas atrás que sus jugadores se bloqueaban cuando los rivales especulaban en exceso, caso de Sporting B y Somozas, sin embargo, últimamente en en Las Gaunas los equipos no se cierran, ahora también proponen, quieren la pelota, la amasan, elaboran su ataque.

La Cultural Leonesa apuntó maneras, pero el Guijuelo hasta abusó del pase horizontal, de asegurar el balón, de ralentizar sus acciones, de romper el ritmo, ese vertiginoso que tanto le gusta a la UDL. Toque, toque, toque pero sin profundidad. La intención no era otra que pausar el partido, hacer correr a su oponente, impedir que los blanquirrojos encontraran sus opciones al ataque.

Los de Rubén de la Barrera insistían en empezar desde atrás, en buscar la manera de encontrar la superioridad. Su central zurdo, Chema Antón, era el encargado, prácticamente siempre, de poner la calma. Si había que golpear en largo la idea era que Nacho, su delantero, se quedara en un uno contra uno con Jacobo, pero las entregas eran imprecisas y acaban en balón para los locales. La superioridad blanquirroja en los duelos individuales resultó clave para comprender el triunfo.

Concentración en los saques de puerta

Una dinámica que obligaba, y mucho, a que los riojanos mantuvieran la concentración, sobre todo, tras los saques de puerta del Guijuelo. La presión alta de los locales impedía a Kike Royo jugar en corto, por lo que sus envíos terminaban en poder de un UD Logroñés que entonces era cuando podía aprovechar el supuesto desorden defensivo de los visitantes.

Era la única vía de lanzar al espacio, de superar en velocidad a los laterales o de llegar al área. Salvo dos tiros lejanos de Titi y de Joel Valencia en los primeros minutos, bien respondidos por Kike Royo, dos acciones rápidas vaticinaban un cambio de escenario. Titi fue el protagonista en ambas. En la primera, Muneta filtró un pase para que el asturiano centrara rasa y Pere Milla, en el área pequeña, rematara. Se topó con los reflejos de Kike Royo, ya que el posterior rechace, remate de cabeza, fue manso a las manos del portero riojano. Y en la segunda fue Paredes el que envió una diagonal al área donte Titi, convencido, buscó el gol aunque su disparo se marchó desviado.

Fue la antesala de que Joel Valencia -dio muestras de haber ganado en autoestima y su equipo lo agradece cuando encara a sus oponente- condujera, atrajera la atención de toda la defensa y se inventara un pase picado a la espalda de la zaga visitante. Por ahí irrumpió Pere Milla, el cual controló y esperó para decidir a qué lado tirar. Un gol de esos que dan confianza, sobre todo, si su ejecutor no anda fino en la participación y está impreciso durante varios minutos.

Miguel, inédito

El tiempo jugaba a favor de los locales, más enchufados al encuentro, más intensos y más dispuestos a no sufrir, a asegurar el triunfo. Tocaba seguir corriendo y trabajando –Muneta y Pere Milla tuvieron que fajarse y mantener el orden en las tareas de contención-. Del Guijuelo apenas había noticias en ataque. Mucho mejor. La pelota ya no era propiedad de los verdes y aunque el juego vertical es lo que hace grande a los blanquirrojos se intentaron hilvanar más las acciones, dar pausa en determinados momentos, tratar de conservar el cuero pero sin perder el norte, ya que la finalidad era encontrar el segundo.

Hubo ocasiones, como un envío de Borja que dejaba a Carlos Fernández ante el meta rival, pero un deficiente control del delantero desbarató una gran oportunidad. No fue la única, Kike Royo se lució en una falta directa de Titi que iba a la escuadra, pero la gran estirada del meta riojano lo evitó. Jordan también estuvo cerca, pero Kike Royo volvía a mostrar sus virtudes en el uno contra uno.

Del Guijuelo nada destacable porque la UDL insistía en la presión y en estar en campo ajeno. Los cambios de los visitantes dieron un poco más de alegría, de velocidad al juego, pero sin generar ni una sola ocasión digna de ser mencionada. Con Jacobo como central y Adrián León en la medular -el intercambio de posiciones se explica desde el punto de vista físico, ya que el gallego estuvo más castigado al actuar en el medio frente al Sevilla-, la solidez defensiva propiciaba que a la contra el UD Logroñés gozara de oportunidades para asegurar el triunfo, sin embargo, siempre se eligió la peor opción: demasiadas conducciones hasta perder la pelota, mal último pase, precipitación tras robo...

En definitiva, una victoria importante en lo clasificatorio, se asciende a la segunda plaza; en lo moral, se recupera la confianza tras la lógica derrota en Copa del Rey ante el Sevilla: en las sensaciones, hubo más frescura y velocidad, se buscaron los espacios y se generaron ocasiones; y en la capacidad de este grupo por relanzar la ilusión del aficionado, pese a que Las Gaunas gozara de una floja entrada.

UD Logroñés: Miguel; Miguel Santos, Jacobo, Borja, Paredes; Adrián León; Titi (Álvaro González, min. 80), Pere Milla, Muneta, Joel Valencia (Íker Alegre, min. 71); y Carlos Fernández (Jordan, min. 76).

Guijuelo: Kike Royo; Jonathan (Julián Luque, min. 68), Ramiro, Chema Antón, Ángel; Javi Rey, Aitor Aspas; Carlos Ramos (Piojo, min. 53), Raúl, Néstor; y Nacho (Carlos, min. 68).

Gol: 1-0, min. 31: Pere Milla.

Árbitro: Pere Barceló Roca (Comité catalán), acompañado por Albert Ruibrugent Expósito y Sergi Riagu García. Amonestó al local Íker Alegre (min. 85); y a los visitantes Carlos Ramos (min. 50) y Ramiro (min. 60).

Incidencias: 2.010 espectadores en Las Gaunas, según informó el club organizador.

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