La coalición de Merkel pierde apoyo popular
Cristianodemócratas y liberales, socios en Berlín, se encuentran en las horas más bajas de la coalición desde que formaron gobierno en septiembre de 2009. En ambos casos, los errores han pasado factura, pero la caída del FDP está siendo más pronunciada hasta el punto de correr peligro su representación a nivel nacional si a día de hoy se celebrarán elecciones.
La dimisión de Guido Westerwelle al frente de su partido por los malos resultados electorales en el estado federal de Baden-Wuerttemberg ha facilitado el ascenso de los Verdes al poder. Ahora bien, Westerwelle ha dejado de ser vicecanciller, un cargo que ha heredado el nuevo líder liberal, Philipp Rösler, ministro de Sanidad.
A día de hoy, la encuesta del Instituto Forsa para la revista alemana “Stern” revela estos datos: la CDU de Merkel cae tres puntos hasta el 30% de los votos y los liberales se quedan por debajo del 5%. Con una bajada de tres puntos descienden a un 3% quedando fuera del arco parlamentario.
Quienes suben son los miembros del Partido Verde, que consiguen una subida de siete puntos hasta el 28% de los votos, seguidos por los socialistas del SPD con un 23%.
En definitiva, este sondeo es revelador hasta el punto de que la formación ecologista alcanzaría a nivel nacional una cuota de poder no conseguida en cualquier elección anterior. Por otra parte los socialistas, en la oposición desde 2009, recuperan también porcentaje de voto y la coalición de derechas se hunde electoralmente.
Cambios en el FDP
El ministro de Sanidad, de 38 años, Philipp Rösler también se convierte en el líder de los liberales. El pasado fin de semana todo apuntaba a que él sería el sucesor de Westerwelle y así ha sido. Enfrente se encuentra con la tarea de volver a tocar el techo electoral alcanzado por su formación en septiembre de 2009 cuando un 14,7% del electorado les dio su confianza.
La profunda crisis liberal ha desplazado al ministro de Exteriores a un segundo plano, no por orden de Merkel, sino porque desde que Rösler encabeza a los liberales, automáticamente si se forma parte de una coalición de gobierno y en ella un liberal ocupa un cargo de vicecanciller, éste es heredado de forma automático por su sucesor, es decir, el ministro de Sanidad.
Rösler tendrá que marcar ahora su perfil dentro del partido y si lo consigue ofrecerse como una opción de partido bisagra, una cualidad que ahora mismo ha perdido.
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