La crisis bancaria cruza el “charco”
El efecto dominó podría haber llegado a las bancas europeas. Al tiempo que el Gobierno británico anuncia la nacionalización del banco hipotecario Bradford & Bingley, sumido en problemas por la crisis crediticia global, en Alemania cinco bancos, con la condescendencia del Gobierno germano, han decidido también salir al rescate del Hypo Bank en un intento de aportar liquidez al sistema.
Además los gobiernos de Belgica, Holanda y Luxemburgo han anunciado que inyectarán 11.200 millones de euros de fondos públicos en el grupo Fortis para hacer frente a su falta de liquidez y atajar su desplome en la bolsa. El siguiente en ser ayudado podría ser el banco franco-belga Dexia. También el Gobierno islandés ha tenido que adquirir el 75% de Glitnir Bank, tercera entidad financiera del país, mediante una inyección de 600 millones. El banco hipotecario alemán Hypo Real Estate ha tenido que ser rescatado con una línea de crédito de varios miles de millones de euros por sus dificultades ante la crisis financiera. Aunque no se ha comunicado el monto total de la operación, la entidad asegura que esta financiación a corto y medio plazo mediante “una nueva facilidad de crédito” será “suficiente” para aportar la liquidez necesaria que evite el impacto del actual mal funcionamiento de los mercados de dinero internacionales en sus cuentas.
El Gobierno de Angela Merkel y la cúpula bancaria alemana mantuvieron una reunión de urgencia este fin de semana para salvar del colapso a una de las empresas más grandes del país. Eso sí, sin intervención estatal.
El consejero delegado de HRE, Georg Funke, señaló que se trata de una medida de “gran alcance” y destacó su “enfoque innovador”, que permitirá a la entidad “ajustar su estructura de fondos” para afrontar el mal funcionamiento de los mercados monetarios internacionales.
RESCATE DE FORTIS
Y en Belgica los gobiernos del Benelux se han visto forzados a invertir un total de 11.200 millones de euros en las divisiones de banca de Fortis en cada uno de estos países, con lo que pasan a controlar el 49% del grupo, después de que ING y BNP Paribas abandonaran su interés en adquirir el mayor banco de Bélgica y el segundo de Holanda.
En concreto, Bélgica pagará un total de 4.700 millones de euros por un 49% del capital de Fortis Bank NV, mientras que Holanda inyectará 4.000 millones en Fortis Bank Nederland, también a cambio de un 49% de esta entidad. El Estado luxemburgués, por su parte, invertirá 2.500 millones de euros en Fortis Banque Luxembourg en forma de un préstamo convertible, que le da derecho a un 49% del capital de la entidad.
Por otro lado, Fortis venderá los activos de ABN Amro, excluyendo la división de gestión de activos, que adquirió hace un año por 24.000 millones de euros en consorcio con el Santander y Royal Bank of Scotland (RBS).
Como consecuencia de los últimos acontecimientos, el presidente de la entidad belga holandesa, Maurice Lippens, anunció su dimisión y Fortis confirmó que buscará a su sucesor entre diferentes candidaturas ajenas a la entidad. Las acciones de Fortis, que acumulan un descenso del 70% en lo que va de año.
RESCATE EN ESTOCOLMO
Pero la crisis llega mucho más allá de las fronteras europeas. El Gobierno de Islandia acordó con el banco central del país, Sedlabanki, y los principales accionistas del Glitnir Bank, la adquisición de una participación del 75% en el accionariado del banco mediante una inyección de 600 millones de euros (84.000 millones de coronas islandesas) ante los problemas de liquidez a los que se enfrentaba la entidad. Glitnir es el tercer banco del país.
El Gobierno islandés asegura que toma esta iniciativa “a la luz de las dificultades temporales de liquidez a las que se enfrenta Glitnir y ante la inusualmente complicada situación reinante en los mercados financieros globales”. Los accionistas de Glitnir serán convocados tan pronto como sea posible y el Gobierno asegura que “no planea mantener esta paquete accionarial en la entidad durante un periodo prolongado, puesto que el propósito de esta acción es mejorar la estabilidad del sistema financiero”.
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