La otra cara de los “sanfermines”
El Partido Antitaurino Contra el Maltrato Animal (PACMA), ha reivindicado una vez más el fin de la “fiesta nacional”, un evento cruel en el que tanto animales como seres humanos pueden morir de forma violenta e innecesaria.
El PACMA ha denunciado el caso del corredor Daniel Jimeno Romero, de 27 años, que murió en Pamplona durante las fiestas de San Fermin el pasado 10 de julio. A este respecto, el PACMA ha reivindicado “el fin del uso de los animales en festejos populares” al tiempo que responsabilizaba al consistorio de Pamplona de la muerte del joven.
“El estrés al que se somete a los animales y el intenso sufrimiento que se les provoca al obligarles a correr en un entorno tan antinatural y desconocido para ellos, los convierte en un peligro para los participantes, hecho que el consistorio no ha valorado pese a las múltiples protestas antitaurinas que cada año se realizan en Pamplona”, afirman.
Para este partido, pese a que la justificación que mantiene viva esta práctica es la “tradición”, el verdadero motivo es el interés económico ya que la celebración de los “sanfermines” supone una “importante fuente de ingresos para la ciudad”.
Cada vez más municipios deciden eliminar completamente o reducir al mínimo la celebración de los espectáculos de tauromaquia. Algunas ciudades como Oviedo o comunidades autónomas como las Islas Canarias han renunciado totalmente a ellos. En Cataluña, la plataforma antitaurina Prou!, presentó a principios de julio de este año en el Parlamente catalán, una propuesta para el fin de la tauromaquia con un apoyo de 180.000 firmas.
Uno de los portavoces de esta organización por la defensa de los animales, Leonardo Anselmi, explicó que su objetivo era “modificar la ley de protección animal, que prohíbe la muerte y maltrato de todo tipo de animales en espectáculos públicos, con la única excepción de los toros. El argumento de cultura y tradición nos sirven para explicar la tauromaquia, pero no para justificarla”, apuntó.
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