La Rioja será una sartén en 2050: la temperatura subirá casi 3 grados
Las inundaciones de Mallorca no son un hecho aislado. O al menos no lo serán en un futuro no tan lejano. Todo indica que en unos años las consecuencias del cambio climático, que ya estamos sufriendo, se acrecentarán, si no hacemos algo para remediarlo (y no parece que lo estemos haciendo de forma drástica). Los datos del Observatorio de Sostenibilidad indican que la temperatura en La Rioja será 2,9 grados superior en 2050 y que las lluvias descenderán.
El Acuerdo de París suscrito en 2015 marcaba como objetivo que la temperatura del planeta en 2100 no supere los 2 grados con respecto de la época preindustrial. Un objetivo muy necesario, ya que serviría para que fenómenos como la gota fría o las olas de calor sean menos probables. El problema es que no estamos haciendo todos los esfuerzos posibles para cumplir esos compromisos. ¿Qué pasará si no lo logramos?
El panorama que los expertos dibujan es desalentador. Si seguimos como hasta ahora y no tomamos medidas urgentes, la temperatura en España alcanzará los 2,6 grados en 2050. El aumento, como indica El Confidencial, será mayor en el interior, sobre todo en Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía, donde el incremento no bajará de 3 grados. Sólo A Coruña y las islas están por debajo de dos grados de aumento.
Cómo afectará a La Rioja el cambio climático
En cuanto a las precipitaciones, bajarán en toda España, sobre todo en el noroeste. Que llueva menos en Galicia supondrá dejar de ver la idílica imagen de bosques y prados verdes, para pasar a ver estampas más parecidas a las de Alicante o Murcia. En La Rioja, el descenso no será tan acusado, pero también se notará, ya que se pasará de 142 días de lluvia anuales en 2006 a 125 en 2050.
Sólo en Canarias occidentales, la Comunidad Valenciana y Navarra aumentarán las lluvias, pero de forma moderada e irregular. Los fenómenos asociados a gota fría serán más intensos y frecuentes.
¿Qué estamos haciendo?
Lo cierto es que, excepto la Comunidad Valenciana, todas las comunidades aumentaron en 2017 sus emisiones de efecto invernadero. Algunas muy poco pero otras, como Navarra o Castilla y León, hasta en un 10%. Seguimos dependiendo de los combustibles fósiles, sin producirse una descarbonización de la economía.
Se hace necesario, por tanto, aplicar medidas drásticas y urgentes para frenar esta tenencia que parece imparable y que supondrá estar expuestos a intensas olas de calor e inundaciones, además de sufrir la pérdida de litorales y la extinción de especies.
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