Cruz Roja, pieza clave en el programa de acogimiento familiar del Gobierno de La Rioja
Desde febrero de 2017, Cruz Roja en La Rioja forma parte del Programa de Acogimiento Familiar del Gobierno de La Rioja. Un programa que, básicamente, busca familias de acogida para niños en situación vulnerable. Carmen Anguís es la coordinadora del Programa de Acogimiento Familiar de Cruz Roja y confiesa a Rioja2 que, “a pesar de ser un proceso complicado, es una satisfacción servir de nexo de unión entre las familias de acogida y estos menores”.
Cualquiera puede ser una familia de acogida
Y es que la presencia del Cruz Roja en todo el proceso es constante. Además de la difusión, “también nos encargamos de la formación de las familias de acogida”. Un proceso de formación en el que participa una psicóloga junto a otros técnicos en educación de Cruz Roja. En este momento del proceso, cuenta Anguís, son muchas las dudas que se suscitan entre las familias. “Sobre todo les explicamos la diferencia entre acogimiento y adopción”. El acogimiento, detalla, “es una medida de protección y cuidado alternativo al acogimiento residencial, basado en la solidaridad de la ciudadanía, que permite a las familias acoger temporalmente en su casa a un niño o niña que se encuentran separados de sus progenitores por diversas situaciones”.
De esta forma, cualquiera puede ser una familia de acogida “independientemente de su configuración, del estado civil, orientación sexual, número de hijos/as…sólo es necesario conocer en profundidad las capacidades que los adultos puedan ofrecer en relación a las necesidades de estos niños y niñas”.
No importa la inexperiencia o el desconocimiento porque “una de las funciones de Cruz Roja es facilitar a las familias un curso de formación, unos conocimientos exhaustivos sobre los conceptos clave, habilidades y estrategias importantes sobre el acogimiento familiar para facilitar la toma de decisiones consciente y realista”.
“Lo importante es que la adaptación del menor sea lo mejor posible”
Y, una vez que este proceso formativo finaliza, prosigue, comienza un periodo de reflexión “para que la familia decida qué hacer, si seguir adelante con el acogimiento o no”. Una vez dado el paso, “Cruz Roja está siempre al lado de los padres acogedores y, por supuesto, velando por la correcta integración de los menores acogidos”. Tal es así que Cruz Roja realiza un seguimiento integral del menor durante el acogimiento que incluye un seguimiento a nivel escolar, psicológico y de cualquier otra índole “porque lo importante es que la adaptación del menor sea lo mejor posible”.
Sin olvidarnos de la familia, apostilla, “sobre todo al principio porque una de las dudas de estas familias acogedoras es saber si lo están haciendo bien porque los primeros días son los más complicados, luego la situación se normaliza y todo va sobre ruedas”. Prueba de ello es que hay “familias de acogida repetidoras, familias que tienen acogidos más a más de un menor...”.
Y es que para Anguís, el de acogimiento familiar es un programa que debe continuar “sí o sí porque es la solución ideal que estos menores tienen a la alternativa de los centros de acogida”. Beneficios que también tienen las familias de acogida. “A lo largo de todo el proceso de acogimiento no hay duda de que hay cosas buenas y malas pero si hay algo en lo que coinciden la mayoría es que pesa más el bienestar de saber que están haciendo algo bueno por otras personas, en este caso por un menor con menos oportunidades”.
Un apoyo que no cesa mientras dura el acogimiento porque, durante este tiempo, “las familias siguen recibiendo asesoramiento de carácter psicosocial y educativo, en relación a las necesidades del niño y de aquellas que se pueden generar en el entorno familiar de acogida”. Y también al final porque el final del acogimiento suele ser uno de los momentos más difíciles para ambas partes. “Cuando el final del acogimiento es inminente, apoyamos y acompañamos al menor, y a la familia, para efectuar un adecuado cierre emocional tras la salida del domicilio”. Pero no acaba aquí el trabajo de Cruz Roja porque después, “facilitamos el tránsito del menor a su unidad familiar de origen, a otra medida de protección, o a la emancipación tras su mayoría de edad”.
Y en este engranaje entre familias de acogida y niños acogidos están también los trabajadores de Cruz Roja como Carmen Anguís. “A veces es complicado porque tenemos que enfrentarnos a situaciones duras que no tendría que vivir ningún niño pero también es verdad que es una satisfacción poder ayudar a restablecer la vida de estos menores, ayudarles a normalizar su vida y, en definitiva, arreglar algo que estaba roto”.
Este miércoles se celebra el Día Mundial de la Cruz Roja y, en La Rioja, Cruz Roja es una pieza fundamental del Programa de Acogimiento Familiar del Gobierno de La Rioja. Ahora mismo, y gracias al trabajo de todos estos agentes, 46 familias de La Rioja están compartiendo su vida con 41 niños de acogida.
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