Gamarra anuncia “actividades puntuales” para el Centro de la Cultura del Rioja

El Centro de la Cultura del Rioja (CCR), en Logroño, albergará actividades puntuales a partir de la próxima semana, si bien su apertura se realizará por fases y se prevé que funcione a pleno rendimiento a lo largo de esta legislatura.

Así lo ha anunciado hoy la alcaldesa, Cuca Gamarra, en la visita que ha realizado al edificio, que ocupa la manzana entre Mercaderes, Ruavieja y Marqués de San Nicolás, en el Casco Antiguo de la ciudad.

Gamarra ha explicado que, una vez finalizada la construcción del edificio, con un coste de 12 millones de euros, el siguiente paso es el acondicionamiento como museo referente del vino de Rioja.

El proyecto museológico, que prevé un presupuesto de 1,8 millones de euros, ya está redactado, pero Gamarra ha anunciado que se revisará para reducir su coste y planificarlo en fases.

Mientras tanto, el edificio será abierto al público para que “la sociedad pueda ir usándolo” y acogerá algún acto relacionado con la designación de Logroño-La Rioja como Capital Española de la Gastronomía.

“El objetivo es que sirva para dinamizar el Casco Antiguo también desde el punto de vista de promoción turística”, ha señalado Gamarra, quien ha destacado “la recuperación patrimonial” que para Logroño supone este proyecto.

El edificio se ha levantado en el solar que ocupó el Palacio de los Yanguas, del siglo XVI, y ha sido diseñado por el arquitecto Jesús Marino Pascual, reconocido el año pasado con el Galardón de las Artes del Gobierno de La Rioja.

La fachada está presidida por un botellero, mientras que la cubierta translúcida sigue la geometría de los tejados propios de esta zona y, además de iluminar el patio interior, servirá como pantalla para proyectar distintos montajes.

La distribución de los espacios interiores parte de dicho patio, de hormigón de color vino, mientras que las tres plantas albergarán distintos espacios expositivos.

En el sótano, se han recuperado dos calados y se han construido también tres salas de cata y una expositiva; todo ello en un gran espacio con muros arqueados que mantienen la misma estructura.

Las obras han permitido reconstruir un antiguo balcón esquinado del palacio a partir de las piezas originales que quedaban y una gran prensa del complejo vinícola.

La escalera palaciega, con los peldaños de arranque exactos a los originales, es el elemento vertebrador del complejo.