¡Gavilla va!
Es difícil explicarle a una persona de fuera de La Rioja que las gavillas son tan fundamentales para asar unas chuletillas como las propias chuletillas. No lo entienden. Acostumbrados a cualquier madera o, peor aún, al carboncillo comercial, desconocen que ese conjunto de sarmientos, cañas, mieses, ramas, hierba, etc., mayor que el manojo y menor que el haz, dice la RAE, producen un efecto en la carne que ya quisiera Ferrán Adriá para sus platos. Pues bien, después de una comida al lado de su chamizo, la Peña La Rioja ha organizado un concurso de lanzamiento de ese cuasi producto riojano.
Ambiente familiar, distendido. Muchas risas, sobre todo. Los participantes han ido pasando uno detrás de otro para intentar hacerse con los premios. El objetivo era fácil: llegar lo más lejos que se pudiera. Conseguirlo ya tal, que diría Rajoy. No se podía pisar la línea de lanzamiento ni tampoco coger carrerilla. Unos tenían más maña que otros, pero todos ponían el mismo ímpetu y las mismas ganas de pasárselo bien. Para los ganadores, divididos en tres categorías (masculino, femenino e infantil), una txapela, una parrilla y una caja de vino.
“Puedes pasarte a partir del jueves para un ticket con el que comprar unas chuletillas”, decía el encargado de la megafonía. En serio o en broma, seguro que no tardarán mucho en utilizarse para compartir un buen rato entre amigos, familia, asado y vino. Lo que no faltará serán gavillas.
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