La Grajera dedica un aula medioambiental a Miguel Delibes
En consecuencia a su fondo, la forma del aula medioambiental presentada hoy en La Grajera destaca por el color verde de paredes y mobiliario. Y en consecuencia también ofrece unas vistas que abarcan el pantano y lo frondoso de la vegetación verde.Y ahora esta aula es también consecuente con su nombre, pues desde hoy tiene el honor de llamarse como el gran escritor y amante de la naturaleza Miguel Delibes, fallecido recientemente y para siempre recordado por obras como 'Los Santos Inocentes', 'Cinco horas con Mario', 'El Hereje' o 'Las Ratas', por citar algunas.
“Difícilmente se le podía haber encontrado un lugar mejor”, ha declarado el hijo mayor de Delibes, de nombre también Miguel, para calificar la situación del recinto tras echar un vistazo por los ventanales. Y es que el primogénito del escritor ha venido hasta Logroño para asistir al acto de nombramiento del aula, visiblemente emocionado ante el homenaje a su padre, junto al Alcalde de la ciudad, Tomás Santos, y la concejal de Medio Ambiente, Concha Arribas.
La entrada al aula exhibe una placa con el nombre del escritor y una cita suya, escrita sobre el vidrio de una ventana, que resume su sentir medioambiental, “yo soy como los árboles, que crezco donde me planten”. En torno a ella, y ante la llegada de Miguel Delibes de Castro, se arremolinaban diversas figuras políticas de Logroño, trabajadores del parque, periodistas y estudiantes de bachillerato con sus profesores. Estos últimos, tras la presentación del aula a los medios, compartirían con Delibes de Castro una charla medioambiental. Porque, lo que viene a subrayar el interés por la naturaleza de Miguel Delibes, la mayoría de sus hijos varones son biólogos. Miguel Delibes de Castro, en concreto, es director de la Estación Biológica de Doñana – coto donde elaboró su tesis sobre la ecología trófica del lince ibérico- y Presidente de la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos.
“Miguel Delibes era capaz de hacer sentir Castilla”, ha explicado Concha Arribas a la concurrencia de estudiantes y trabajadores que copaba la estancia, “y Castilla es la metonimia de España”. La concejal de Medio Ambiente ha señalado el poder de la pluma
de Delibes para retratar las vidas “humildes, de los sin protección” y su especial interés por llegar a todos los lectores, “él siempre tenía en su cabeza al lector implícito”, ha señalado, “le debía sus palabras, sus mensajes, y siempre escribía para un lector general”.
A continuación se ha exhibido una presentación en Power Point para la audiencia sobre la vida de Miguel Delibes que, evidentemente, ha emocionado al invitado de honor, “cuando uno pierde a su padre tarda en asumirlo, la presentación me ha emocionado porque, es natural, yo veo las imágenes desde otra perspectiva”.
Tomás Santos, alcalde de Logroño, ha agradecido a Miguel Delibes de Castro su “esfuerzo”por asistir a la presentación y ha recalcado el “apoyo plenario de todos los grupos políticos al aula”. También ha señalado que “no hay mejor paraje ni mejor compañía” para homenajear al escritor vallisoletano y ha recordado las aficiones de Delibes como cazador y pescador, calificándolo de “hombre de campo” y reseñando que “Miguel Delibes lo hacía todo muy fácil, muy contundente”.
Y es que el enclave es, como ha indicado el Alcalde, muy adecuado. Miguel Delibes de Castro ha comunicado la profunda relación que su padre tenía con La Rioja, “uno de los mejores recuerdos de mi infancia”, ha explicado, “era ir al Najerilla a pescar. Era considerado un premio. Incluso mi hermano menor dice que él sólo vino una vez que sacó sobresalientes”. Ante el emotivo recuerdo ha querido comunicar también la afición de Delibes por la gastronomía de la región, “y si los pescados no picaban íbamos a Logroño a comer verduras y a beber vino de La Rioja”, la anécdota confesa por Delibes de Castro viene por la preferencia de su padre por los caldos de la región a los propios de su tierra, “prefería el Rioja”, ha asegurado De Castro, “porque el otro (Ribera), le parecía fuerte”.
Aunque el hijo mayor de Delibes ha admitido que su padre “se hubiera abrumado un poco” de haber podido asistir a la presentación, ya que el escritor no era demasiado amigo de homenajes. Pero también ha dicho que “no le hubiera gustado vivirlo, pero sí sentirlo”. De hecho, el último homenaje en vida hecho a Miguel Delibes fue en la ciudad de Logroño.
Delibes de Castro, ante esta supuesta arisca actitud de su padre frente al reconocimiento, ha asegurado que Delibes en los últimos años se sentía “menos querido”, pero ha atribuido esa sensación a la vejez, “sentía como que la gente se había olvidado de él”. Ha contado como en los últimos años su padre, aficionado a andar y a apartar con el bastón a los transeúntes que le requerían algo de su tiempo por ser quien era, “sí se paraba a hablar con la gente, -déjalo, me gusta-, decía”. Porque, según de Castro, “no es tan importante que te quieran como sentirte querido”.
Y para concluir, y en referencia a la materia a la que el aula está destinada, de Castro ha elegido otras palabras de su padre para llenar el espacio, “yo pensaba que la tierra estaba mal, pero no creía que fuera a ver su destrucción”. Ha querido añadir, ante esta sentencia, que “no tenemos las claves para dejar de herir a la tierra”. Como colofón final ha contado quienes fueron sus maestros en sus disciplinas predilectas, antitética anécdota, pues “la naturaleza me la enseñó mi padre, y a escribir me enseñó un naturalista”. El naturalista al que se refiere, además, es ni más ni menos que Félix Rodríguez de la Fuente , con el que trabajó en los inicios de su profesión. Dos grandes maestros para dos grandes asignaturas.
La concejal de Medio Ambiente, Concha Arribas, ha puesto fin a la presentación del aula dando a conocer que ésta “se convertirá también en punto de lectura los fines de semana, para que todo el mundo pueda conocer los libros de Delibes, que se encontrarán en todas las estanterías”.
Y terminada la presentación los medios han abandonado la sala, dejando a los chavales de los institutos de secundaria Sagasta y Tomás Mingot dando sentido al espacio en el que estaban: un aula medioambiental en la que iba a discurrir un debate sobre la naturaleza con un maestro del medio ambiente, que ha tenido el placer de hacerlo en un lugar al que da nombre su padre.
A Miguel Delibes -aunque de lejos- seguro que le hubiera gustado presenciarlo.
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