Marqués de Murrieta, el vino con el que el rey brindó en su despedida

Cuando el rey Juan Carlos se reunió con su hijo Felipe tras haber tomado la decisión de abdicar, en junio de 2014, tuvo que elegir un vino a la altura de este acontecimiento histórico entre las más de 10.000 botellas que albergan las tres bodegas de la Casa Real. El escogido fue, finalmente, un Castillo Ygay de 1925, vieja gloria de Marqués de Murrieta, como detalla hoy el diario Expansión.

De hecho, al día siguiente, el presidente de esta bodega de La Rioja Alta, Vicente Cebrián-Sagarriga recibió una llamada del propio rey para darle la enhorabuena por el vino, “el mejor que he probado”. En octubre de ese año, Su Majestad acudió a la reapertura del castillo de Ygay, donde cató un reserva de 1938, su año de nacimiento.

Lo cierto es que los caldos de esta bodega, como indica Expansión, se han convertido en los vinos de los grandes eventos deportivos y sociales, como el Open de Tenis de Madrid (por quinto año consecutivo), los partidos de la Champions League, la Fórmula 1 en México y Montmeló, los principales concursos de hípica, la Audi Cup de Múnich, la fiesta de inauguración de Porcelanosa en Nueva York y la gata Starlite.

Situada al sur de la Rioja Alta y expuesta a un clima continental atemperado por la sierra de Cantabria, Marqués de Murrieta produce seis variedades de uva: cinco tintas (tempranillo, garnacha, mazuelo, graciano y cabernet sauvignon) y la variedad blanca viura.