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Más de cien años de prisión por el atentado de Calahorra

Más de cien años de prisión por el atentado de Calahorra

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La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a Arkaitz Goikoetxea, alias 'Dulantzi', y Jurdan Martitegi, 'Arlas', a penas de 133 y 139 años de prisión respectivamente, por el atentado con coche-bomba contra la casa-cuartel de la Guardia Civil en Calahorra (La Rioja), el 21 de marzo de 2008.

Los magistrados Manuela Fernández Prado, Javier Martínez Lázaro y Ramón Saez Valcárcel les considera culpables de la comisión de ocho delitos de atentado terrorista en grado de tentativa con finalidad homicida, uno de estragos, dos de detención ilegal y uno de robo. En el caso de Martitegi, le condenan, además a otro delito, de tenencia de explosivos.

El tribunal ha absuelto a un tercer acusado, Iñigo Gutiérrez Carrillo, al no haber quedado suficientemente probada su intervención en el atentado.

La sentencia, hecha pública este jueves, precisa que los dos condenados seleccionaron “un establecimiento de un cuerpo de seguridad del Estado donde habitan funcionarios con sus familias” y lo utilizan “para envíar un mensaje de horror a otras personas y a la sociedad”.

Ambos condenados formaban parte desde febrero de 2007 del comando 'Askatun Haizea' y decidieron colocar el artefacto compuesto por dos barriles de cerveza de unos 50 litros cada uno con explosivo amonitol.

Según la sentencia, fabricaron la bomba en un piso de Ezcaray y lo trasladaron en una furgoneta, en la que se encontraron rastros genéticos de Goikoetxea, hasta Álava. Allí, hicieron una parada esperando al paso de algún vehículo para utilizarlo en el atentado.

Siguiendo esta estrategia, los etarras retuvieron a una pareja que se preparaba para una jornada de senderismo, les encañonaron y retuvieron, maniatados con bridas y con los ojos cerrados, mientras cargaban su Honda Civic de explosivos.

Martitegi condujo el coche hasta la casa cuartel, mientras Gutiérrez realizaba labores de lanzadera y Goikoetxea y Borrero custodiaban a la pareja detenida, que fue liberada a las 14.20 horas. Aparcado el coche-bomba, Goikoetxea avisó a la DYA de Álava y a los bomberos de Calahorra, lo que sirvió para desalojar las viviendas y evitar una masacre.

El edificio albergaba a 33 personas, de las cuales al menos 23 eran guardias civiles. El ataque dejó ocho heridos y causó daños superiores a los 4,7 millones de euros en inmuebles y vehículos estacionados en la zona. El ataque se produjo apenas dos semanas después de que ETA asesinara a tiros al exconcejal del PSE Isaías Carrasco en el portal de su vivienda en Mondragón-Arrasate (Guipúzcoa).

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