Más formación, menos cáncer
El cáncer de cérvix (cuello de útero), causado por una infección persistente por el virus del papiloma humano (VPH), es el segundo tipo de cáncer más frecuente en mujeres menores de 45 años. En Europa se diagnostican 60.000 nuevos casos al año, y muere una mujer cada 18 minutos por esta causa.
Se estima que en España se diagnostican unos 2.000 nuevos casos de cáncer de cérvix invasor al año y que algo menos de la mitad de estas mujeres fallecerán por esta causa. Sin olvidar el sufrimiento emocional y físico que supone para muchas mujeres los 16.000 casos de lesiones de alto grado que se diagnostican anualmente en nuestro país y que requieren una intervención quirúrgica, y los cerca de 500.000 casos de lesiones de bajo grado que necesitan seguimiento y control mediante la realización de distintas pruebas diagnósticas.
Con el objetivo de incrementar la concienciación en torno a la importancia de la prevención de esta enfermedad, la Asociación Europea contra el Cáncer de Cérvix (European Cervical Cancer Association, ECCA) organiza la III Semana Europea de Prevención del Cáncer de Cérvix, que cuenta con el apoyo de GlaxoSmithKline (GSK). La iniciativa incluye actividades en diferentes países europeos y se desarrollará del 18 al 24 de enero.
DESCONOCIMIENTO
La mayoría de las mujeres europeas todavía tienen un conocimiento limitado sobre el cáncer de cérvix y sobre cómo protegerse frente al mismo. Según el estudio Afrodita realizado en España, un 75 por ciento de las mujeres encuestadas refieren que nunca se les ha hablado de cómo se puede prevenir o evitar este cáncer, o bien desconocían la enfermedad.
Entre el total de mujeres encuestadas, el porcentaje de mujeres que conoce que la citología sirve para la prevención del cáncer de cérvix varía según la comunidad autónoma, entre el 45,9 por ciento de Castilla-La Mancha y el 74,3 por ciento de La Rioja. Dos de cada 10 mujeres sexualmente activas nunca se han sometido a esta sencilla prueba diagnóstica, que es rápida y causa pocas molestias.
Sobre la causa del cáncer de cérvix, el 47,2 por ciento de las encuestadas cree que es por predisposición genética, y casi el 52,4 por ciento desconoce la existencia del virus del papiloma humano (VPH) que lo causa. A pesar de que el 80 por ciento de las mujeres sexualmente activas estarán expuestas a una infección por VPH en algún momento de su vida.
La infección por el VPH se transmite fácilmente por contacto sexual. La penetración no es imprescindible para adquirir la infección. Puede también adquirirse por contacto piel-piel a nivel de la zona genital, por lo que el preservativo aunque reduce el riesgo, no protege totalmente a la mujer frente a una infección por VPH.
CAMPAÑA EUROPEA
Según la ECCA, establecer programas de educación pública para asegurar que todas las mujeres reciben la información necesaria sobre los riesgos de una posible infección por VPH y conocen los medios de prevención disponibles, contribuirá a controlar la incidencia del cáncer de cérvix.
Además de aumentar la formación, el objetivo de la Semana Europea de Prevención del Cáncer de Cérvix, es realizar un llamamiento a las autoridades sanitarias europeas y nacionales para trabajar conjuntamente e implementar programas eficaces de prevención del cáncer de cérvix.
Para ello, la ECCA pide a todas las mujeres que, a través de la web www.cervicalcancerpetition.eu, firmen la petición que le hacen al Parlamento y a la Comisión Europea, y que a su vez pidan a sus familiares y amigos que lo hagan también. En concreto, en España se van a distribuir 150.000 folletos informativos a través de las consultas ginecológicas. Dado que los médicos son los mejores cualificados para informar a las mujeres sobre este tipo de cáncer y aconsejarles sobre las medidas preventivas existentes.
PREVENCIÓN
Actualmente se dispone de la tecnología necesaria para llevar a cabo programas organizados eficaces de prevención del cáncer de cérvix, que pueden reducir considerablemente las tasas de esta enfermedad.
Las citologías, como parte de un programa de cribado organizado, pueden prevenir el cáncer de cérvix, ya que permite detectar precozmente alteraciones en el cuello del útero que pueden ser precursoras del cáncer. Sin embargo no previenen la infección persistente por los tipos oncogénicos del VPH que causa esas alteraciones y no detectan todas las lesiones precancerosas en el cérvix (hasta un 30% de falsos negativos).
Los expertos opinan que la realización de forma regular de citologías, junto con la vacunación, reducirá el riesgo de cáncer de cérvix en mayor medida que sólo la realización de citologías.
La vacunación podría lograr una importante reducción en la incidencia del cáncer de cérvix, puesto que prepara al sistema inmune para reconocer y destruir al VPH tan pronto como entre en el cuerpo humano.
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