Muere el autor de 'Garganta profunda'
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Nombrar a Gerard Damiano es hablar del despertar sexual. En 1972 los cines estadounidenses se llenaron de gente para ver la que se considera como la película que abrió la veda en la industria pornográfica: 'Garganta profunda'. Un filme envuelto en una gran controversia que incluso se persiguió judicialmente y llegó a prohibirse en varios estados.
La película trata de una mujer que tiene un clítoris en la garganta. La ironía de la historia y las escenas de sexo oral provocaron una fuerte polémica en el pensamiento conservador, que veía a este filme como la materialización del pecado. Esto a su vez alimentó la curiosidad de la sociedad estadounidense.
Truman Capote o Jack Nicholson declararon ser fans de la película, con lo que verla era una condición indispensable si querías considerarte progresista. Quedaba así inaugurada la moda porno y con ello, la rentabilidad económica.
Es curiosa la historia de cómo llegó Damiano a convertirse en leyenda de las películas eróticas. Trabajaba como peluquero, pero era aficionado a las filmes subiditos de tono. Consiguió 25.000 dólares de la mafia y los convirtió en 600 millones, que es lo que aproximadamente recaudó en las taquillas.
Garganta profunda se ha convertido ya casi en una expresión o frase hecha para denominar la felación, por una parte, o al chivato y espía por otra. Esta última acepción se debe, sobre todo, a cuando se convirtió en el nombre de la fuente secreta utilizada por los periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein en el caso 'Watergate', paradigma del cuarto poder.
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