No vale sólo con casta y empuje
No tiene buena pinta la orina del enfermo y a perro flaco, todo son pulgas. Con estas dos frases se resume el partido y la situación de la SD Logroñés, que vuelve de Oviedo con otra derrota en la maleta. No mereció perder. Gozó de las mejores ocasiones, las más claras, pero no supo finalizarlas. Sobre todo una de Mario León, totalmente solo en el área, con todo a favor para marcar tras dejarle el balón en bandeja Javi Torres, pero que no acertó a rematar. Los pupilos de Abadía no pudieron esta vez darle la vuelta al marcador, o al menos conseguir empatar, pese a acabar con el equipo local acochinado en su campo. Terminó el encuentro como viene siendo habitual en el conjunto blanquirrojo, con un derroche de casta y empuje visto en pocas ocasiones, pero que no tuvo la fortuna de jornadas anteriores.
Bastó un gol de Alain Arroyo para que los tres puntos se quedaran en la capital del Principado y colocar al Oviedo tercero. En el lado opuesto de la clasificación, tras el empate entre el Coruxo y el Caudal, la cosa se aprieta aún más y las necesidades por sumar se acrecientan. Mal panorama el que se le presenta a la SD Logroñés, que saltó al césped del Carlos Tartiere con la lección bien aprendida: presión muy arriba, intentos de robos en la salida de balón para volcarse en velocidad y llegar con superioridad. Casi le sale bien nada más comenzar el choque, pero Toledo no pegó al balón con la suficiente fuerza para batir a Pol.
En un rechace de la defensa riojana le cayó la pelota a Sergio García, disparó el jugador carbayón y, entre la maraña de piernas en la que se había convertido el área blanquirroja, apareció la de Alain para desviar el cuero e introducirlo dentro de la portería defendida por Mandaluniz. El guardameta sólo pudo hacer la estatua ante el cambio de la trayectoria, en una de esas jugadas con más fortuna que saber hacer pero que también valen. Despertó el Oviedo tras el gol, adueñándose del partido y mostrándose muy superior, con las ideas claras, asentado sobre el terreno de juego y dominando con criterio. A punto estuvo de marcar el segundo David Alba con un tiro peligrosísimo que se fue a escasos centímetros del palo derecho de la meta anteriormente perforada por Alain.
En el último suspiro de la primera parte el portero ovetense, Pol, salvó a su equipo por dos veces. Primero lanzándose abajo y sacando una mano prodigiosa, para levantarse acto seguido cual gato que meten en un cubo de agua y parar el rechace con las rodillas. Libró al conjunto azulón de la desgracia en un par de ocasiones más, lo que, unido a la falta de acierto de los jugadores blanquirrojos, propició el 1-0 final. Un gol de ‘rebote’, dos jugadas con peligro tiradas por la borda y un viaje de más de cuatrocientos kilómetros con caras de haber podido sacar más ante uno de los candidatos al ascenso del Grupo I, así fue el sábado de la SD Logroñés en Asturias.
FICHA
Oviedo: Pol; David Alba, Pardo, David Fernández, Sergio Díaz; Susaeta, Salva Rivas, Alain (Capelete, min. 80), Sergio García (Cervero, min. 62), Annunziata; Señé.
SD Logroñés: Mandaluniz; José Ignacio (Mario León, min. 54), Metola, Moya, Alcántara; Iñaki (Del Puente, min. 75), Óscar Loza, Fran Sota, Candelas (Javi Torres, min. 54), Laencina; Tamayo.
Árbitro: Amonestó a David Fernández, Pardo, Alain Arroyo, Annunziata, por parte del Oviedo; y a Óscar Loza, Fran Sota por parte de la SD Logroñés.
Goles: 1-0, Alain Arroyo (min. 23).
Incidencias: 6.226 espectadores en el Carlos Tartiere.
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