¿Quién era el Marqués de la Ensenada?
Zenón de Somodevilla y Bengoechea, más conocido por el título que le dio Carlos III en Nápoles: marqués de la Ensenada, fue un político ilustrado riojano que llegó a ocupar los cargos de secretario de Hacienda, Guerra y Marina e Indias, así como superintendente general de Rentas, lugarteniente general del Almirantazgo, secretario de Estado, notario de los reinos de España y Caballero del Toisón de Oro y de la Orden de Malta. Fue consejero de Estado durante tres reinados, los de Felipe V, Fernado VI y Carlos III.
Nació en Hervías en 1702, si bien Alesanco también se disputa el honor de haber sido su patria, puesto que existen dos partidas de bautismo del niño en ambos municipios, siendo la de Hervías de abril y la de Alesanco de junio del mismo año.
Este riojano fue responsable de numerosas reformas como un nuevo modelo de Hacienda que sustituyó los impuestos tradicionales por el impuesto único del castastro, el llamado catastro de Ensenada.
'LA GRAN REDADA'
Como relata el catedrático de Historia Moderna de la Universidad de La Rioja José Luis Gómez Urdáñez, los gitanos llegaron a España en el siglo XV, procedentes de India, y ya los Reyes Católicos, en 1499, decretaron duras penas contra ellos. El marqués de la Ensenada siguió esa línea y desarrolló un plan radical: 'La gran redada', puesto en marcha en 1749.
Este plan consistía en una operación secreta para separar a hombres y mujeres e impedir que procrearan. El ejército debía luego conducir a los hombres a los arsenales y a las mujeres, niños y ancianos a casas de misericordia. Fueron apresados unos 9.000 gitanos y gitanas, pero su plan no tuvo los resultados esperados.
FUERA DE CONTEXTO
Pese a este plan, Gómez Urdañez no se muestra partidario de la iniciativa de retirar la calle a este político en Madrid, e incluso la califica de “barbaridad”, puesto que considera que hay que entender este plan contra los gitanos dentro del contexto de la época.
“Todos los reyes han legislado en contra de los gitanos, pero el problema no lo tenían los gobiernos, sino que lo tenía la sociedad, que rechazaba la convivencia con los gitanos”, asegura el catedrático, para quien “si sacamos de contexto estos hechos, hay que retirar los nombres de la mitad de las calles”.
Así, detalla que en los siglos XVII y XVIII hubo ministros que apoyaron la Inquisición y la tortura. Además,añade que todos los déspotas intentaron acabar con las minorías.
En cuanto al marqués, recuerda que el plan no fue una decisión exclusivamente suya, sino que contó con la autorización de Fernando VI e incluso del Papa, que autorizó la separación entre hombres y mujeres casados.
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