Regionalistas: “Las necesidades en infraestructuras son las mismas que hace 10 años”

El candidato a la presidencia del Gobierno regional por el Partido Riojano, Miguel González de Legarra, ha afirmado hoy que su partido reclama las mismas inversiones en infraestructuras para La Rioja “desde hace diez o doce años” porque las necesidades son las mismas que entonces.

González de Legarra, en declaraciones a EFE, ha explicado las principales propuestas de su partido en materia de infraestructuras, para mejorar las comunicaciones de nuestra comunidad por carretera, tren y avión.

En carreteras reclaman la “liberalización total” del tramo riojano de AP-68, completar el desdoblamiento de la N-120 por la comunidad y hacer de doble carril algunos tramos de la N-111.

Estos proyectos y la conexión entre la Autovía del Camino, la N-232 y la AP-68 “son objetivos de los riojanos desde hace mucho tiempo que no se han logrado ni con Gobiernos del PP ni del PSOE”.

Para avanzar en esos proyectos los regionalistas reclaman las competencias sobre las carreteras estatales en la comunidad “igual que las tiene Navarra” lo que permitiría “construir y planificar mejor nuestras comunicaciones”.

Además creen que es necesario un plan específico de carreteras para la zona metropolitana y avanzar en los desdoblamientos de la LR-111 entre Haro y Santo Domingo y de la LR-134 de Calahorra a Arnedo.

Respecto al ferrocarril reclaman mejoras en el tramo Zaragoza-Miranda de Ebro que permitan aumentar la velocidad de los trenes que pasan por La Rioja; potenciar el tráfico de mercancías y que los cernías comuniquen diferentes comarcas.

González de Legarra considera que el soterramiento del ferrocarril en Logroño es una obra muy positiva “pero por sí solo no va a mejorar las comunicaciones ferroviarias de La Rioja”.

Para el aeropuerto de Logroño pide que el Gobierno regional pida las transferencias y participe en su gestión junto a empresas privadas; se ha comprometido, si gobierna, a que desde La Rioja salgan vuelos a capitales europeas a menos de cien euros, algo para lo que “bastaría con una inversión mucho más baja que los cinco millones que se han pagado en publicidad en líneas aéreas”.