Resistencia indígena
Los intereses del multimillonario Anil Agarwal, presidente de Vedanta Resources, una de las principales empresas mineras británicas con intereses en India, ha llevado a los pueblos indígenas de Orissa ha manifestarse repetidas veces hasta conseguir la paralización de los planes de Agarwal que pretendía excavar una enorme mina de bauxita en las colinas de Niyamgiri.
Los planes de Agarwal, quién el pasado mes anunciaba que su mina en dichas colinas comenzaría “en uno o dos meses”, han sido frenados no solo por las protestas de cientos de indígenas dongria kondh y otros indígenas kondh que han bloqueado carreteras impidiendo la entrada de las excavadoras, sino por grandes ONG como Survival , Amnistía Internacional , Ayuda en acción , War on Want y numerosos activistas indios que han apoyado la causa.
Survival ha presentado una solicitud urgente a Naciones Unidas y ha impulsado una investigación bajo las directrices de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Un representante de los dongria kondh visitará esta semana Londres para pedir que Vedanta Resources salga de su tierra. Asimismo, asistirá a una manifestación convocada a las afueras de la asamblea anual de accionistas de Vedanta hoy lunes 27 de julio a las 13.30 horas.
No solo los dongria kondh
Según Stephen Corry, director de Survival: “Los pueblos indígenas se encuentran a sí mismos en primera línea de una batalla global contra la destrucción sistemática del planeta. Mientras los líderes mundiales hablan de cómo detener el cambio climático, los pueblos indígenas alrededor del mundo están, literalmente, bloqueando las excavadoras, no sólo por su bien, sino por el de todos nosotros.”
De hecho, las manifestaciones de los dongria kondh no son una excepción. Otros pueblos indígenas alrededor del mundo están tratando de impedir que diversos proyectos industriales destruyan sus tierras y su forma de vida.
En Perú, los indígenas han bloqueado ríos con canoas para impedir la entrada de las petroleras a sus territorios. En Malasia, los nómadas penan bloquean caminos abiertos para la tala tratando de detener la destrucción de su selva a manos de plantaciones de palma de aceite.
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