Una conexión que “mejorará la seguridad vial” e impulsará “el desarrollo económico” de La Rioja
El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, y el presidente del Gobierno riojano, José Ignacio Ceniceros, han afirmado que la puesta en servicio del enlace de la conexión de la autovía LO-20 y la carretera N-232 con la autopista AP-68 en Recajo, supone mejorar la “seguridad vial”, así como impulsa el “desarrollo económico” de la región.
Ambos han participado en las últimas horas en el acto de apertura de esta conexión. Además, han asistido, entre otras personalidades, la presidenta del Parlamento, Ana Lourdes González, el consejero de Fomento y Política Territorial, Carlos Cuevas, el delegado del Gobierno, Alberto Bretón, Y la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra.
A su llegada, los asistentes han conocido los detalles de la obra, por parte del jefe de Demarcación de Carreteras del Estado en La Rioja, Enrique García Garrido, para a continuación recorrer parte de la misma. Posteriormente, De la Serna y Ceniceros han descubierto un hito donde quedaba constancia de la actuación.
La puesta en marcha de este enlace, ha señalado Ceniceros, “supone culminar ese gran nudo” de comunicaciones, que “va a dotar, principalmente a Logroño de una nueva conexión con la autopista, que va a proporcionar mayor permeabilidad y una mejora de la movilidad, sobre todo para los usuarios de la zona Este de la ciudad”.
El presidente riojano ha apuntado que es “una mejora considerable sobre lo ya existente”, con la posibilidad de elegir entre el peaje de la calle Chile y el de Recajo. Ha indicado que “este nuevo enlace mantiene las medidas de gratuidad vigentes” en materia de autopista.
Ceniceros ha destacado que la nueva conexión “va a estar integrada e la futura Ronda Sur de Logroño”, cuyo proyecto se encuentra “en proceso de resolución de alegaciones”.
Por su parte, De la Serna ha resaltado que el enlace “es por fin una realidad”, por lo que “es un suma y sigue a una serie de obras que están poniéndose en marcha” en la zona, al igual que ocurriera con la prolongación con el tramo navarro de la A-12.
El ministro de Fomento ha puesto el acento en que la conexión “evitará que los vehículos pasen por la travesía de Recajo y Agoncillo”, algo que “acorta el recorrido y disminuye el tráfico en la N-232”.
El presupuesto de las obras ha ascendido a 13,5 millones de euros. La inversión total de la actuación, incluidas las expropiaciones, la redacción del proyecto y el control y vigilancia de las obras, se ha situado en 16 millones de euros.
El nuevo enlace se inicia en la glorieta sur del enlace de Recajo existente, con la LO-20 y la N-232. A partir de esta glorieta, se ha construido un ramal de conexión que da acceso a la nueva playa de peaje, desde la cual nacen el resto de ramales que sirven a todos los movimientos de conexión con la autopista AP-68.
Para el cruce sobre la autopista de dichos ramales, se han construido dos estructuras de longitudes 87 y 142 m de longitud conformadas por sendos tableros de vigas prefabricadas de canto variable
, que se sustentan mediante estribos y pilas prefabricadas cimentadas mediante
pilotes de 25 m de longitud. Asimismo, se han restituido los caminos interceptados, ampliando el actual paso inferior bajo la AP-68 y
construyendo uno nuevo bajo los ramales.
Además, se han ejecutado tres muros, uno de escollera y dos prefabricados de tierra armada, en separación de ramales y para evitar que el derrame de tierras afecte a los antiguos depósitos de agua de Agoncillo y a una industria de cerámica.
Asimismo, se ha previsto la reposición de los servicios afectados de gas, de abastecimiento de agua, acequias de riego, líneas de teléfono y fibra óptica y dos líneas eléctricas de alta tensión, así como el cambio de ubicación de los depósitos de agua.
Como medidas de integración previstas en la Declaración de Impacto Ambiental destacan el acopio, conservación y posterior reposición de la
tierra vegetal, la hidrosiembra de 99.000 m2 de taludes y la plantación de 1.854 unidades de especies autóctonas en zonas de préstamo y
taludes.
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