Una ESO más feminista, práctica y con institutos más independientes en la propuesta de Educación

Comienzan a conocerse cuáles van a ser las novedades en la Educación Secundaria derivados de la nueva ley educativa, la LOMLOE, y las líneas generales se podrían concretar en tres aspectos: perspectiva de género, trabajo práctico e interdisciplinar y centros más autónomos.

El Ministerio de Educación ha enviado un proyecto de decreto a las comunidades autónomas, que ha adelantado El País. En este documento se detalla que los alumnos deberán recibir una formación con “perspectiva de género” de manera transversal, educándolos en “salud, incluida la afectivo-sexual e igualdad entre hombres y mujeres”.

Una de las medidas más polémicas que incluye este borrador es que ya no se pasará de curso en base al número de asignaturas suspendidas (hasta ahora se podían suspender un máximo de dos, siempre que no fueran Matemáticas y Lengua) sino que será el propio equipo docente el que decida lo que considere más beneficioso para la trayectoria educativa del alumno.

Por otra parte, los centros deberán aplicar pedagogías de atención a la diversidad del alumnado y favorecer “la capacidad de aprender por sí mismos y el trabajo en equipo”. También podrán aplicar “innovaciones y experimentaciones” en cuanto a los programas educativos, organización y horarios siempre dentro de los límites que marque la Comunidad Autónoma. Otro de los cambios significativos será la dedicación de parte del horario lectivo a realizar proyectos y a actividades colaborativas de resolución de problemas, “reforzando la autoestima, la autonomía, la reflexión y la responsabilidad”.

En cuanto al trabajo interdisciplinar, el borrador incluye la posibilidad de que las comunidades puedan decidir que un mismo profesor imparta varias materias al mismo grupo si tiene la cualificación necesaria, como ya ocurre en los ámbitos de conocimiento o, ya de manera generalizada, en la Comunidad Valenciana.

Este borrador pone fin a los itinerarios de la LOMCE, pero incluye la opción de que los centros establezcan agrupaciones de materias en cuarto curso, de cara a las modalidades de Bachillerato o FP y siempre “fomentando la presencia equilibrada de ambos sexos en las diferentes ramas de estudio”.

Por último, otros cambios significativos que se plantean son el derecho a los padres a acceder a los exámenes de sus hijos, la obligación de garantizar una “competencia lingüística suficiente” en castellano y, en su caso, en la otra lengua oficial del territorio; o la sustitución de la optativa alternativa a Religión por la realización de proyectos interdisciplinares (además, la nota de Religión ya no computará para la nota media del expediente).