“Una rueda de prensa no es un acto de pública concurrencia pero tampoco un cortijo”

"Una rueda de prensa no es un acto de pública concurrencia pero tampoco un cortijo"

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El periodista y abogado Ricardo Ruiz de la Serna, que imparte clases de Derecho a alumnos de Periodismo en la Universidad CEU-San Pablo, señala que el también periodista Gonzalo Peña, al que el PP de La Rioja impidió asistir a una rueda de prensa en su sede, porque no había sido invitado, fue discriminado por ese partido justificando su actitud en que no representaba a un medio de comunicación sino que acudió para informarse y escribir en su propio blog.

Tras la resolución que adoptó sobre esta situación la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología que creó la FAPE, en la que se concluía que “los partidos políticos no están obligados a aceptar en sus actos (ruedas de prensa, actos informativos de campañas electorales, etc.) a toda persona que muestre un carné de periodista”, este profesor ha publicado un artículo titulado 'El periodista, el policía y el abogado', que publica en el digital especializado en temas legales Lawyerpress.com. La rueda de prensa por definición, indica Ruiz de la Serna, es un acto abierto a los periodistas. “La propia convención periodística exige –claro está- ciertas formalidades, pero éstas deberían interpretarse en un sentido restrictivo. La exhibición de un carné de periodista debería bastar para acreditar un interés legítimo en un acto de naturaleza informativa como una rueda de prensa. Esto diferencia ese formato de otros como la entrevista, el ‘briefing off record’ o la confidencia”, añade.

Sin duda, prosigue, “no hay una obligación de aceptar a cualquiera pero sí creo que hay un deber de razonar mínimamente –aunque sea de forma oral- el rechazo de un periodista. Una rueda de prensa no es un acto de pública concurrencia pero tampoco un cortijo. O no debiera serlo”. Considera además que “los partidos políticos tienen cierta discrecionalidad a la hora de decidir a quién permiten o no la entrada a una rueda de prensa y –en esto – la FAPE hace una observación valiosa. Una rueda de prensa no puede acoger a tanta gente que exceda el aforo del lugar o impida el trabajo de los profesionales”. “Ahora bien”, matiza, “lo que se denunció no era eso, sino más bien un presunto caso de discriminación. Y eso sí que no puede hacerlo ni un partido político, ni un bar de copas ni nadie”.

“En efecto”, continúa en su artículo, “ese periodista se merecía el mismo trato que los demás (art. 14 de la Constitución Española) y, si se hacía una diferencia, ésta debía basarse en criterios que el profesional pudiera conocer de antemano (de modo que pudiera cumplirlos) y, además, esos criterios debían aplicarse por igual a todos los periodistas. Si no, esto deja de ser discrecional y pasa a ser discriminatorio, como me parece que fue, lo que es especialmente grave si pensamos en que ese periodista ejercía los derechos del art. 20 de la Constitución Española al servicio del público y no solo en interés propio. Me ha sorprendido que la Comisión no enfatizase esto en su resolución”.

Por último, en un tono ya más personal, este profesor y abogado de la Universidad CEU-San Pablo, apunta que “en realidad, lo característico del trabajo periodístico es la especialización en el ejercicio del derecho a recibir y transmitir información veraz de modo que contribuya a formar una opinión pública plural y libre. Esta especialización llega a tal grado que se convierte en una profesión que puede ejercerse de muchas formas. El encuadramiento en una redacción como personal laboral es solo una de ellas y por cierto está desapareciendo como consecuencia de la crisis. Uno no termina de entender por qué un blog es menos valioso que otras formas de ejercicio del periodismo. Lo propio del periodista es el tratamiento profesional de la información y la opinión –no exclusivo, pero sí cualificado a través del uso de las técnicas del oficio- y no tanto el medio en el que su trabajo se publique. Un libro no deja de ser un libro por digital que sea. No se ve por qué los lectores de un blog tienen menos derecho a estar informados que los de un periódico 'on line' o un libro”.

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