Varios investigadores denuncian el cierre de la librería especializada del IER

Varios investigadores agregados del Instituto de Estudios Riojanos (IER) han firmado un escrito dirigido a la presidenta del Gobierno regional, Concha Andreu, y al consejero de Cultura, Pedro Uruñuela, para mostrar su preocupación por la supresión de la librería especializada de la institución, así como de otras dependencias entre las que se encuentran los espacios dedicados a la catalogación y digitalización de su valioso Fondo Fotográfico, y las sedes de la Fundación San Millán y Fundación Sagasta.

“No nos corresponde como investigadores juzgar las causas que han llevado al Gobierno de La Rioja a adoptar esta medida, pero sí es nuestra obligación advertir de las consecuencias que ello conlleva y que pueden resultar irreversibles”, explican en el escrito.

Citan, en primer lugar, que se limitan las condiciones habituales de funcionamiento y se obstaculiza, con el cierre de la librería, “la función de difusión de las publicaciones que el Instituto promueve y que son el resultado de la labor investigadora de todos los que nos sentimos parte del IER”.

A punto de cumplirse los 75 años de la fundación del IER, “podríamos entender y apoyar, que se adoptaran medidas para su transformación e impulso, pero lógicamente no puede ser que el fantasma de su desaparición planee sobre las medidas que se han adoptado hasta la fecha”, lamentan.

Por ello solicitan que se reviertan las medidas adoptadas hasta la fecha, como la ocupación de parte del edificio por una Consejería ajena a la labor del IER, “ya que es notorio que se dispone de otros espacios propiedad del propio Gobierno de La Rioja”.

También piden que se proceda a la reapertura inmediata de su especializada librería que recogía y difundía toda esa investigación y donde los ciudadanos podían consultar y adquirir los libros y publicaciones editadas, ofreciendo a la ciudadanía además de sus monografías, cuatro revistas especializadas -Codal, Berceo, Zubía y Belezos- con altos índices de impacto, así como la distribución de todas las publicaciones editadas por las distintas consejerías del Gobierno de La Rioja.

Otras de sus peticiones es que se repongan las salas dedicadas al laborioso proceso de catalogación de su “valiosísimo” Fondo de Fotografía Histórica que cuentan con equipos de alta tecnificación para su digitalización y que se valore la mejora del funcionamiento de la institución de cara a facilitar el conocimiento de sus propios fondos bibliográficos, fotográficos y hemerográficos que pueden impulsar nuevas investigaciones.

El fomento y la mejora del acceso a los jóvenes investigadores y el impulso de la relación con otras fundaciones y con las instituciones universitarias españolas, en especial con la Universidad de La Rioja son más reivindicaciones de los investigadores, así como que se potencie la descentralización de las actividades de difusión y de investigación en toda la comunidad autónoma fortaleciendo las relaciones con el Ayuntamiento de Logroño y el resto de los municipios.

“Nadie en La Rioja entendería que cayeran en el olvido tantas décadas de andadura colectiva en el ámbito de la investigación riojana”, concluyen.