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Violentos altercados durante las protestas de monjes tibetanos

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Las protestas tibetanas contra China en Lhasa podrían haber pasado de las manifestaciones pacíficas a la violencia, según informa hoy la agencia oficial Xinhua, que ha señalado que varios establecimientos y automóviles han sido incendiados en la tarde de hoy.

Según señala la agencia, en una breve información, las tiendas “fueron incendiadas en (un acto de) violencia en el centro de Lhasa en el mediodía del viernes”, en los alrededores del templo de Jokhang, el monasterio de Ramogia y el mercado de Chomsigkang. Varios vehículos fueron incendiados también en la zona.

De acuerdo con los testigos citados por la agencia, la gente salió huyendo del lugar, aunque “hubo informes de heridos” que, según Xinhua, han sido hospitalizados. La situación de caos comenzó a las dos de la tarde, hora local, y continuaba dos horas y media más tarde.

Aunque la información no ofrece más datos, la capital de Tíbet ha sido colonizada en las últimas décadas por población de nacionalidad han, es decir, china, que son quienes suelen tener la propiedad de comercios, además de ocupar los órganos de decisión de la ciudad.

Para evitar que continúen las protestas de los monjes iniciadas el lunes, y a las que se sumaron al menos medio millar de religiosos, la Policía ha bloqueado los monasterios de Drepung, Sera y Ganden, situados a las afueras de Lhasa, y mantiene a centenares de monjes encerrados en su interior, señala International Campaign for Tibet.

Según ha informado Radio Free Asia, dos monjes de Drepung se encuentran en estado grave después de intentar suicidarse en señal de protesta por la actuación policial. Los monjes, que intentaron cortarse las venas y también se hicieron cortes en el pecho, están siendo tratados en la clínica del monasterio porque se han negado a ser trasladados al hospital.

“Hay muchos otros monjes que se han herido a sí mismos por desesperación, y las protestas estaban continuando dentro del monasterio los días 12 y 13”, señala una fuente no identificada y citada por Radio Free Asia.

Las protestas, además, se están extendiendo a otras regiones del llamado “Gran Tíbet”, es decir, a territorios también tibetanos que China dividió, tras invadir la región entre 1949 y 1951, entre varias provincias y regiones chinas.

Es el caso, por ejemplo, del monasterio de Ditsa, en la localidad de Bayan (Hualong en chino), en la actual provincia de Qinghai. Según International Campaign for Tibet, los monjes de Ditsa aprovecharon la visita de un equipo chino llegado para realizar “educación patriótica” entre los religiosos para manifestar su oposición.

Aparentemente no se produjo ningún episodio violento, quizá porque el número de monjes superaba al de los “educadores”, aunque el lugar se encuentra ahora rodeado por fuerzas de seguridad. Las “investigaciones” chinas sobre lo ocurrido ya se han iniciado, y conducirán, previsiblemente, a la puesta en marcha de represalias.

La Policía ha reforzado la vigilancia de los tibetanos en todo el país, a los que sigue, y controla las llamadas y correos electrónicos desde hace meses. En Beijing, numerosos estudiantes tibetanos ya han sido advertidos por la Policía de que, la próxima vez que viajen a sus hogares, serán acompañados por agentes.

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