El PP ha hecho lo necesario para que Rajoy no tenga que responder hasta septiembre en el Parlamento sobre las crecientes sospechas de financiación ilegal de su partido en los últimos 20 años. Cuando Soraya Sáenz de Santamaría no era vicepresidenta, esto es lo que decía si el presidente no se atrevía a comparecer en el Parlamento.