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La Comunidad de Madrid pide a los hospitales públicos que deriven pacientes para poder operar por las tardes

Sánchez Martos y Cristina Cifuentes en una visita al hospital materno-infantil de La Paz.

Raúl Rejón

La Consejería de Sanidad de Madrid ha diseñado un plan para intentar aliviar su lista de espera quirúrgica: un contrato por el que los hospitales públicos tienen que comprometerse a derivar pacientes a otros centros a cambio de recibir los recursos necesarios para operar a más pacientes. El documento redactado en el departamento del consejero Sánchez Martos se titula “Pacto de gestión para mejora de las listas de espera”.

Según ha calculado la Asociación de Facultativos Especialistas (AFEM) en la cadena Ser, eso supone que “dos de cada tres” pacientes vayan a terminar en clínicas concertadas. El secretario de Sanidad y Servicios Sanitarios de UGT, Julián Ordónez cree que “es imposible pensar que las derivaciones vayan a centros de gestión pública porque tienen lista de espera”. Ordóñez entiende que “el dinero público debe ir destinado al sistema público real, no a premiar a centros privados. El plan, como está planteado, es una trampa”.

La Consejería de Sanidad ha insistido en que “no se han modificado los criterios para la derivación  a clínicas privadas: seguirán siendo casos subsidiarios y de manera aleatoria. Si acaso más subsidiarimente”. En todo caso, han negado “que existan unas cuotas para enviar pacientes a hospitales privados”. La Consejería considera que: “Se busca aumentar el servicio en los hospitales públicos”. Y añade que “sí que es verdad que se ha introducido la novedad de que los casos de espera más larga sean derivados pero a centros públicos, dependiendo de la lista de espera que tengan por especialidades”.

El borrador-tipo del documento usado para remitirse a los hospitales, al que ha accedido eldiario.es, recoge que “los objetivos de la actividad” se centran en “el incremento de la actividad”. Para ello, cada hospital y servicio prevé realizar un número de intervenciones “y facilitar la derivación a centros públicos sin lista de espera quirúrgica”. El vicesecretario de Sanidad madrileño, Manuel Molina, explica que esta clausula significa que “si un servicio quiere empezar a operar a sus pacientes por las tardes, y firma el convenio para recibir financiación, pero no va a poder absorber toda su lista de espera, se compromete a gestionar la derivación de ese cupo de pacientes. Siempre que quieran los interesados”.

La lista de espera para operarse en la Comunidad de Madrid está por encima de las 70.000 personas. En abril pasado alcanzó su récord al situarse en 78.696. Desde entonces ha experimentado una mejora y el último registro se colocó en junio en 72.755. En junio de 2012 la cifra estaba en 49.139. El aumento en tres años ha sido del 48%. Hace una década la lista de espera marcaba 27.672 pacientes aguardando su intervención.

El plan que ha diseñado el Ejecutivo de Cristina Cifuentes (PP) es algo muy similar a lo que sucedía hasta que el consejero de Sanidad de Ignacio González (PP), Javier Fernández-Lasquetty, prohibió la actividad extraordinaria de los quirófanos. Las llamadas peonadas eran esa actividad extra. Lo que se añade ahora es esta obligación para los centros de que, si quieren trabajar por las tardes, deben enviar a los pacientes que no vayan operando a otros hospitales. Ahí radica la diferencia y “el truco”, como lo llaman lo médicos que han hablado en la Ser.

Un sanitario explica que “para la Consejería, centro de la red pública es cualquiera que haga actividad sufragada por los presupuestos. Como las clínicas concertadas. Así que esos son los que no tienen casi lista de espera y los que recibirán las derivaciones”. 

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