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Almeida se queda solo en la defensa de la gestión de Filomena

El alcalde José Luis Martínez-Almeida, durante un Pleno. Fotografía de archivo.

Sofía Pérez Mendoza

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La gestión de Filomena por parte del Ayuntamiento de Madrid ha generado consenso entre Más Madrid, PSOE y Vox. Los tres grupos consideran que faltó planificación en el Consistorio a la hora de encarar la nevada que enterró la ciudad el fin de semana del 8 de enero. Así lo han manifestado en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid, en el que el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, y el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, han defendido que se “dispuso del mayor operativo de la historia para hacer frente a la previsión”, aunque no han convencido a la oposición –ni a la derecha ni a la izquierda– con sus argumentos.

Todos los grupos, salvo los que conforman el Gobierno, han terminado solicitando dimisiones al equipo de Gobierno: Más Madrid y PSOE piden la salida de Carabante como máximo responsable de la movilidad en la ciudad y Vox, el cese del director general de Emergencias “Enrique López Ventura, ”por su absoluta incompetencia en la gestión de las emergencias“.

Martínez-Almeida ha reprochado el frente común a Vox. “Lo que me deja tiritando es la coincidencia entre la ultraderecha, que dicen ustedes, y la ultraizquierda, como les llaman ellos. Son las consecuencias de Filomena en esta ciudad”, ha dicho el alcalde en una alusión clara a su socio por las críticas sostenidas unos minutos antes por el portavoz Javier Ortega Smith. “Ha habido una evidente carencia de medios de bomberos y de vehículos de emergencia. Las cadenas llegaron al taller del almacén de Villaverde el 13 de enero. La nevada fue el 8. Es evidente que algo no estaba previsto”, argumentaba el líder municipal de Vox. Su discurso después suavizaba a través de otro otro edil, Fernando Martínez-Vidal, que intervenía en son de paz abogando por “hacer autocrítica”.

Tras una intervención profusa en cifras con los operarios que actuaron o las toneladas de sal distribuidas, el alcalde ha dejado un resquicio para la autocrítica. “No hacemos un balance triunfalista ni tenemos un sentimiento de orgullo, no tenemos la autosatisfacción del deber cumplido”, ha resumido el regidor que, minutos después, ha acusado en un tono duro –más parecido al que le caracterizaba como líder de la oposición en el mandato de Manuela Carmena que al institucional–a la oposición de “hablar sin documentos y sin pruebas”.

La discusión volvía entonces a girar sobre las previsiones meteorológicas. Desbordadas, según el alcalde, y bastante exactas para la oposición. “No fue una nevada, fue una catástrofe”, ha defendido Carabante. “Había un consenso entre los meteorólogos que no quisieron asumir”, le ha espetado la portavoz de Más Madrid, Rita Maestre. El grupo mayoritario del Ayuntamiento considera que “no hay gestión, pero sí frase motivacional”. “La ciudad no funciona con 'vamos Madrid' y con propaganda”, ha respondido Maestre después de que el alcalde agradeciera a los madrileños su contribución y resistencia tras la gran nevada. En los primeros momentos, la limpieza básica de las calles para despejar los portales quedaron de los vecinos, instigados también por las autoridades que animaba a tomar palas para abrir caminos mientras los servicios públicos llegaban.

Para el PSOE, el Consistorio no consiguió “asegurar nada de lo que decía el plan de inclemencias: ni la movilidad, ni la accesibilidad a las instalaciones sanitarias ni a los centros oficiales”. “Con su penosa gestión llevaron a esta ciudad al caos”, manifestaba el portavoz, Pepu Hernández. Al socialista, el alcalde le ha reprochado “contradicciones” porque el ministro José Luis Ábalos también “dijo que las previsiones se desbordaron por completo”.

Este grupo municipal ha empujado al delegado de Medio Ambiente y Movilidad a explicar por qué 270 autobuses se quedaron varados en la nieve la noche del 8 de enero tras dos órdenes contradictorias. A las 17 horas, como avanzó El País, se indicó que volvieran a cocheras pero aquel mandato se deshizo. Carabante asegura ahora que la retirada de los autobuses fue “paulatina”. “El 15% a las 18 horas, el 30% a las 19 horas y el 50% a las 20 horas hasta que a las 22 horas dejaron de circular”, ha explicado. La corporación ha insistido en que la orden de mantener los vehículos en la calle, pese a que ya tenían dificultades para circular, se tomó para poder trasladar a “110.000 viajeros a sus casas”.

El alcalde ha reservado para la sesión extraordinaria del Pleno el anuncio de algunas medidas para mejorar la respuesta ante una situación parecida, como una “red de alertas de la ciudad que permita llegar a los ciudadanos con mayor rapidez” o nuevas “inversiones para mejorar los servicios de emergencia” (replicar la base cero de Samur de Casa de Campo o la construcción de un nuevo Centro Integrado de Seguridad y Emergencias).

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