El gigante sanitario Quirón, que gestiona cuatro hospitales de la red pública madrileña, ha experimentado a partir de 2021 un espectacular aumento de ingresos procedentes del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Tan elevado es el salto que en el cuatrienio 2021-2024 los documentos oficiales sobre la liquidación de cuentas del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) constatan que los cuatro hospitales de Quirón han cobrado el doble de lo originalmente presupuestado: la suma del crédito inicial asignado a esos centros ascendió en ese periodo a 2.543.928.271 euros, pero el conjunto de los pagos contabilizados al cierre de cada uno de esos ejercicios se disparó hasta rozar los 5.000 millones: exactamente, 4.803.124.204 euros.
Quirón es propietaria en Madrid del hospital Fundación Jiménez Díaz y gestiona otros tres de titularidad pública situados en los municipios de Móstoles (el Rey Juan Carlos), Valdemoro (Infanta Elena) y el General de Collado Villalba.
El último año cuya liquidación de cuentas se conoce, 2024, opera como la cima de un fenómeno cuyo inicio se sitúa en 2021 a tenor de los datos oficiales. Tanto es así que de los 715.712.602 euros asignados en conjunto a los cuatro hospitales como “crédito inicial” (ver la tabla) se pasó a un pago de 1.611.196.188 euros. Es decir, un 125% por encima de lo presupuestado.
En el cuatrienio comprendido entre 2016 y 2019, Quirón ya fue cobrando más de lo presupuestado. Pero la diferencia entre los números del principio y los del final fue muchísimo menos relevante: los 1.693 millones presupuestados en total se convirtieron en 2.126 millones, lo que significa un aumento de 433 millones. Entre los dos cuatrienios (2016-2019 y 2021-2024) se sitúa un año excepcional: 2020, el de la pandemia.
Y justamente ese ejercicio, aquel en que la COVID-19 colapsó los hospitales y acabó en las residencias madrileñas de mayores con 7.291 vidas de contagiados que no fueron derivados a ningún centro hospitalario, Quirón cobró menos de la sanidad madrileña: para sus cuatro hospitales las cuentas de la Comunidad de Madrid habían reservado 609.405.223 euros, pero los pagos se redujeron a 504.379.292 euros.
Por hospitales, el presupuesto inicial y la cifra abonada a lo largo del cuatrienio según los sucesivos documentos de “Liquidación del presupuesto de gastos” del SERMAS son los que siguen: Hospital Fundación Jiménez Díaz, 1.566 millones presupuestados y 2.741 millones abonados; Rey Juan Carlos, 460 millones asignados y 1.023 pagados; Infanta Elena, 240 millones de crédito inicial y 519 satisfechos; y Hospital General de Villalba, 276 millones presupuestados y 518 pagados.
Ni el Gobierno madrileño –a cuyos portavoces se remitió el jueves de la semana pasada un Excel con los datos de cada liquidación oficial–, ni Quirón han respondido las preguntas de elDiario.es sobre qué factores explican una disparidad de semejante envergadura. Aunque el baile de sucesivas modificaciones de crédito aprobadas a lo largo de cada año hace materialmente imposible conocer las causas concretas de tales sobrecostes milmillonarios, el mensaje continuo del Ejecutivo regional se resume en dos palabras: “Libre elección”.
Y así, la “libre elección” de los más de siete millones de residentes en Madrid para “decidir” a qué hospital acudir constituiría la principal causa del descomunal crecimiento del dinero trasvasado al grupo. El aumento de los tiempos de espera por falta de medios en los hospitales de carácter netamente público no cesa de engordar la lista de pacientes atendidos por el Jiménez Díaz, el Rey Juan Carlos de Móstoles, el Infanta Elena de Valdemoro y el General de Villalba. De hecho, como desveló elDiario.es, Quirón ha multiplicado por seis los pacientes que capta de la sanidad pública en una década.
La entrada de cada paciente ajeno al área geográfica asignada a los cuatro hospitales de Quirón se traduce en un aumento de ganancia para la empresa en virtud de los acuerdos que rigen la relación de la Comunidad de Madrid con este auténtico gigante sanitario, un conglomerado originalmente llamado Capio y ahora dominado por la multinacional alemana Fresenius.
La oposición habla de “libre inducción”
Fuentes socialistas recuerdan cómo en la sesión plenaria donde se abordó la relación del SERMAS con Quirón, su viceportavoz, Fernando Fernández de Lara, aludió al progresivo éxito de los hospitales de “colaboración público-privada” con una afirmación: que una cosa es la libre elección y otra, “la libre inducción”. Inducción a los ciudadanos para que “elijan” hospitales en manos privadas y que, por ejemplo, programan resonancias magnéticas de madrugada, algo fuera del alcance de los centros de propiedad y gestión pública.
Tanto la diputada de Más Madrid Marta Carmona como la socialista Sara Bonmatí se encuentran a la espera de respuesta a distintas peticiones de información sobre modificaciones presupuestarias y sucesivos acuerdos del Consejo de Gobierno que alteran el presupuesto inicial asignado a los cuatro hospitales de Quirón.
Hasta ahora, la opacidad del Gobierno madrileño en cuanto a Quirón ha permitido que, por ejemplo, entre 2020 y 2023, el mayor hospital del grupo –la Fundación Jiménez Díaz– obtuviese nada menos que 707 millones mediante “convalidaciones de gasto”, figura excepcional que implica abonar servicios imprevistos y sin fiscalización previa. Dicho de otro modo, y reproduciendo la definición aportada en 2018 por el hoy alcalde de Madrid y entonces jefe de la oposición, José Luis Martínez Almeida, la convalidación es “aquella adjudicación que se hace directa, a dedo, sin ningún tipo de concurso público como consecuencia de una mala gestión previa por parte del equipo de Gobierno”.
Adicionalmente, ocho sentencias dictadas por el Tribunal Superior de Madrid (TSJM) entre febrero de 2023 y marzo de 2024 acreditan que la Comunidad de Madrid se avino voluntariamente en los tribunales a las reclamaciones de pagos atrasados planteados por Quirón a través de recursos judiciales, reclamaciones a las que en un primer momento se había opuesto. El allanamiento, como se conoce jurídicamente la cesión voluntaria del demandado ante las pretensiones del demandante, reportó al holding otros 85 millones.
Esta semana, la portavoz de Sanidad de Más Madrid, Marta Carmona, publicó un mensaje explícito en su cuenta de X tras el debate parlamentario que tuvo lugar en la Comisión de Presupuestos y Hacienda de la Asamblea de Madrid del 17 de noviembre: “¿Cómo funciona el desvío de fondos a Quirón en Madrid? Fundamentalmente, a través de la 'libre elección'. Se ahoga a los hospitales públicos con un presupuesto claramente insuficiente, obligándoles a mendigar para funcionar y saturándolos… Los hospitales de Quirón tienen barra libre de presupuesto: a final de año les pagan tanto como hayan gastado, sin decirles que no a nada. Mientras, los públicos tienen que suplicar a Hacienda para cada sustitución, material extra, etc. Abrir agendas así es Difícil”.
Desde el PSOE, su portavoz de Sanidad, Carlos Moreno disparó en dicha comisión una pregunta a la consejera de Sanidad, Fátima Matute, que quedó sin respuesta: “¿Qué demonios hacen paradas por las tardes tantas consultas, quirófanos, mamógrafos mientras miles de madrileños sufren esperando durante meses su ansiada prueba? Pero esto mismo se preguntan muchos jefes de servicio (…). ¿Por qué no me dejan programar actividad por las tardes si cada día respondo cientos de reclamaciones por demoras en las citas? ¿Por qué mis médicos no pueden prolongar su jornada por la tarde en la pública?” Moreno sostiene “un bochorno” que “no permitan a los hospitales públicos hacer lo mismo [que los de Quirón], que les impidan funcionar por las tardes por la falta de financiación. ¿Por qué unos sí y otros no, señora consejera? Eso es lo que nunca nos explican”. Y aquí lanzó el dardo final: “Ustedes están inmersos en una senda de complicidades con la gestión privada”.
La consejera eludió responder a la pregunta clave –por qué los hospitales de gestión pública no pueden programar determinadas actuaciones por la tarde–, y se centró en el sintagma estelar del Gobierno de Ayuso: la “libre elección”. “En Madrid creemos en la libertad y el paciente puede elegir el médico en el que confía su salud”, enfatizó Matute.
También Vox ha llegado a cuestionar la disparidad entre presupuesto inicial y pago real. En junio, su diputada Ana Cuartero aseguró que “lo que hay es ingeniería contable”. “Saben perfectamente que van a gastar más de lo que presupuestan y también que pueden usar créditos de gasto corriente para ello. Por eso todas las promesas incumplidas, como las ampliaciones de hospitales, financian este desvío entre lo presupuestado y lo gastado”.