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La guerra de Vox contra los monitores que dan cursos sobre violencia de género en institutos de Alcobendas

Los representantes políticos y trabajadores del Ayuntamiento de Alcobendas durante el minuto de silencio en señal de condena por un caso de violencia machista en 2017. (Archivo)

Alberto Ortiz

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“Reflexionar acerca de las relaciones de pareja y los estereotipos del amor romántico; cuestionar los estereotipos de belleza y la cosificación y sexualización de los cuerpos; o sensibilizar en materia de violencia de género y violencia sexual”. Estas líneas son los principales contenidos de uno de los cursos sobre violencia de género que el Ayuntamiento de Alcobendas ofrece cada año a los institutos de la ciudad y contra los que ahora Vox ha decidido montar una guerra política a la que se ha sumado el PP

En la víspera del 25N, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la formación de extrema derecha registró una moción contra tres cursos sobre violencia de género destinados a alumnos de secundaria, formación profesional y bachillerato. En el texto presentado, Vox exigía que se dejen de ofrecer estas charlas y, además, que se identifique tanto a las personas que las organizan como quienes las imparten a los jóvenes. “Que se identifique a las personas que, en el transcurso de estas charlas o cursos, han invitado a menores a pensar diferente para que no vuelvan a impartir estas actividades”, rezaba el escrito.

Según la formación, “el contenido de estas charlas incluye conceptos como ‘la mayor agresividad del hombre’ o ‘la masculinidad tóxica’”, para ellos, “cuestiones evidentemente adoctrinadoras de la ideología de género”. El texto no se queda ahí: “No solo no se produce ninguna solicitud de permiso paterno [para participar en las sesiones], sino que, a los menores que asisten, si disienten de los contenidos, se les insulta, por parte de las personas que imparten dichos cursos, de ‘maltratadores en potencia’ y otras descalificaciones que no son propias de ser escuchadas en un Centro de Enseñanza”.

A pesar de que Vox hace mucho hincapié en conocer el contenido de las charlas, las líneas generales de los cursos se pueden encontrar en una búsqueda sencilla en Google. Forman parte de un catálogo de cursos de formación que el Ayuntamiento de Alcobendas ofrece a los institutos desde hace más de una década. Los denunciados por Vox son, en concreto, tres: ‘Los peligros del doble check’; ‘Si tu me dices ven, desmitificar el amor romántico’; y ‘Amor con-sentido’. Están pensados para alumnos de la ESO, FP o Bachillerato. Según los datos del Ayuntamiento, facilitados a elDiario.es, este año han recibido los cursos 896 alumnos, en 40 talleres diferentes, en ocho centros educativos (seis públicos y dos privados).

El documento del Consistorio especifica multitud de detalles sobre los que Vox inquiere en su moción: la duración de la formación, los objetivos, la metodología o los organismos que los coordinan pedagógicamente. En ‘Si tu me dices ven’, que se impartió este año entre septiembre y octubre, se pueden leer los siguientes objetivos: “Poner en valor el respeto, la tolerancia, la escucha y las estrategias de comunicación como elementos esenciales en las relaciones de pareja; desmitificar el amor romántico y dar a conocer el fenómeno de la violencia de género, incidiendo en sus causas, tipos y consecuencias; desmitificar y erradicar las falsas creencias que existen en torno a las relaciones de pareja y los malos tratos; y proponer nuevos modelos saludables de pareja”. 

Asimismo, proponen la siguiente metodología: “El carácter psico-educativo del taller implica partir de las experiencias, vivencias y emociones expresadas por el alumnado y de sus diferentes realidades, por lo que es esencial crear la cohesión grupal con dinámicas y juegos de conocimiento y participación desde el inicio y de manera progresiva, con el objetivo de que se involucren actuando en situaciones simuladas que faciliten la adquisición de habilidades”. 

Detalles, sin embargo, insuficientes para la extrema derecha en Alcobendas, que publicó una carta en un diario local con la exposición de motivos de la moción. Allí añaden un argumento nuevo: ​​“No solo estas políticas de género que se pretenden inculcar artificialmente a los menores son injustas y criminalizan al hombre por el mero hecho de serlo, sino que han demostrado su absoluta ineficacia y fracaso para reducir el número de víctimas, por lo que deben ser cambiadas por otras medidas eficaces”. Hasta la líder de la formación en la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, ha entrado en la arena municipal, con un mensaje de apoyo en Twitter a la moción.

Todo comenzó, según el relato de la formación en sus escritos, con “la preocupación y las quejas de un grupo de familias” hacia estos cursos. El resultado, hasta el momento, ha sido una proposición fallida que contó, eso sí, con el apoyo del PP. 

No obstante, el ejercicio de intimidación sí ha tenido un efecto en las personas que imparten los cursos, que han rechazado hacer declaraciones para este diario. Los cursos los da una empresa contratada por el Ayuntamiento. Según fuentes del Consistorio, la compañía ha sufrido ya el acoso de Vox por este motivo en otros lugares y prefiere mantenerse al margen. 

Para Ana Sotos, concejala de Educación del Alcobendas, todo este asunto forma parte de una estrategia de la extrema derecha para enturbiar el 25N, pero, aunque la moción haya fracasado, dice, las consecuencias no son gratis. “Las personas que dan los cursos son pocas, y no tienen por qué identificarse. Por eso hay que respaldarlos, están enturbiando su trabajo”, subraya. 

Sotos, que coordina el departamento desde el que sale la organización de los cursos, la confección del currículo y la orientación pedagógica, contradice los hechos que expone Vox: “Dicen que no se informa a los padres y eso no es cierto. Los cursos son voluntarios y los padres están informados porque es una actividad complementaria que se aprueba en el Consejo Escolar”. “Luego pedían que se identificara a los profesores porque decían que se insultaba a los alumnos. Y con eso están poniendo en duda a los propios centros, porque el curso se hace con el tutor del grupo presente”, añade. En los dos años que lleva como concejala de Educación, nunca ha recibido una queja por estos seminarios.

La guía de actividades para colegios e institutos es una iniciativa de 2006. Entonces gobernaba el PSOE y, aunque un año despuésel poder pasó al PP, la iniciativa se mantuvo. En 2016, con Mariano Rajoy en La Moncloa, el entonces ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, y Alfonso Alonso, titular de Sanidad en el momento, visitaron el IES Giner de los Ríos y acudieron a uno de los talleres contra la violencia de género. Un año después, el Pleno del Ayuntamiento rubricó con la unanimidad de todos los grupos el Pacto por el Fin de la Violencia contra la Mujer y los cursos sobre violencia de género pasaron a inscribirse en el ámbito de este acuerdo. Es cierto que entonces la extrema derecha aún no había entrado en el pleno municipal. 

“La sorpresa mayúscula ha llegado cuando vemos que el PP apoya la moción de Vox, cuando son los mismos cursos que se daban mientras ellos gobernaban y cuando ellos apoyaron el pacto por el fin de la violencia contra la mujer”, se sorprende Sotos. La justificación de los ‘populares’ en el Pleno fue la siguiente: “Hubiese sido mejor una pregunta o un ruego, pero estamos de acuerdo con lo que se plantea”.

Lo que plantea Vox y ha secundado el PP no se ajusta a la realidad. El secretismo que sugiere la extrema derecha se deshace con un par de búsquedas en Google. Todos los años, para conmemorar el 25N, el Consistorio organiza con los institutos una jornada en el auditorio de Alcobendas a la que acude la mayoría de los jóvenes que ha recibido la formación. “Los jóvenes presentan la gala. Unos hacen una obra de teatro, otros cantan un rap o se escenifican en vivo cómo son los talleres que reciben en las clases”, explica la concejala de Educación. Un escenario que dista de la opacidad que alega Vox, que únicamente ve en estos cursos “ideología de género que solo sirve para despilfarrar el dinero”. 

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