Agresiones homofóbicas y ciberbullying al alumnado LGTB, más presentes en las aulas de lo que pensamos
El Colectivo de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales de Madrid (COGAM) acaba de hacer públicos los resultados de dos investigaciones llevadas a cabo durante 2015 para monitorizar los niveles de LGTB-fobia en los centros educativos de la Comunidad de Madrid y analizar la influencia de las TIC en nuevas formas de ciberacoso LGTB-fóbico, así como proponer medidas de actuación.
Los trabajos, elaborados por el voluntariado del Grupo de Educación de COGAM, ponen de relieve que la LGTBfobia es una realidad cotidiana en las aulas madrileñas y que las nuevas tecnologías se han convertido en la principal arma de acoso escolar por su facilidad de acceso y la aparente impunidad de estos delitos.
La situación de normalización de la homofobia en los centros educativos impide percibir las agresiones LGBT-fóbicas como una forma de violencia e intolerancia. Esto, junto con el miedo a situarse como nuevo blanco de los agresores por defender a los compañeros/as acosados permite la continuidad de estos comportamientos.
El estudio “LGBT-fobia en las Aulas 2015” cuenta con la participación de más de 5.600 alumnos (el 11% LGTB y 1 de cada 1000 transgénero) y 30 profesores de 39 centros de Educación Secundaria de la Comunidad de Madrid, que han ayudado a elaborar un documento para llamar la atención sobre los niveles homofobia escolar y proponer líneas de actuación para erradicarla del sistema educativo.
Los resultados son claros: el 60% del alumnado es testigo de agresiones LGTB-fóbicas, que sufren tanto adolescentes LGTB como todas aquellas personas que no reproduzcan los estereotipos de género de masculinidad y feminidad tradicional, y una gran parte del profesorado no sabe qué hacer, por lo que el 51% del alumnado piensa que sus profesores no hacen nada.
Pero estos temores hacia revelar una condición sexual o de género fuera de los estándares heterosexuales van mucho más allá del instituto. La mitad del alumnado de secundaria afirma que su familia no le aceptaría si fuera homosexual, bisexual o transexual.
Por su parte, el estudio “Ciberbullying LGBT-fóbico” se centra en analizar la influencia de las TIC en el acoso que sufren estudiantes LGBT, pues el mundo online se ha convertido en el espacio esencial de socialización de los adolescentes. El informe se ha elaborado con la participación de más de 2.600 alumnos, 30 docentes y 10 autoridades competentes en materia de educación, ciberacoso y discriminación.
El 15% del alumnado LGTB padece ciberacoso por a su orientación afectivo-sexual (especialmente el alumnado trans*) y más del 52% de ellos ha sido testigo de ciberacoso LGBT-fóbico. A pesar de que el alumnado trans solo representa un 0,19% de la muestra, este representa un 6,45% de las víctimas de ciberacoso LGBT-fóbico, sugiriendo que los ciberacosadores seleccionan como víctimas especialmente a aquellas personas que cuya identidad transgrede los cánones tradicionales de género.
Existe asimismo una importante falta de sensibilización y concienciación a nivel familiar, educativo e institucional. Aunque más de la mitad alumnado acudiría a sus padres para pedirles ayuda en caso de ser víctimas de ciberacoso (53,97%), el alumnado LGBT y los/as que se identifican como víctimas de ciberacoso muestran tener una menor confianza en sus familias y profesores/as, ya que solo el 39,39% recurrirían a pedirles ayuda, frente al 55,88% del alumnado heterosexual. Esto implica que la mayor parte de las familias no se enterarían de si sus hijos/as son víctimas de ciberacoso LGBT-fóbico.
En cuanto al profesorado, solo uno de cada tres alumnos/as cree que sus docentes se enteran de las situaciones de ciberacoso LGBT-fóbico y hacen algo al respecto para evitarlo, y el mismo porcentaje de alumnado no sabe si sus profesores se enterarían de tales situaciones ni cuál sería su reacción. Tanto las víctimas como el alumnado LGB tienen una menor expectativa de que el profesorado se entere y aumentan los porcentajes que denuncian la falta de actuación de sus profesores/as ante este tipo específico de ciberacoso.
En base a los resultados, COGAM demanda una mayor implicación de la comunidad educativa, un sistema educativo que eduque en la diversidad afectivo-sexual y de género, más actividades y campañas de sensibilización sobre diversidad y ciberacoso LGTB-fóbico, una mayor implicación de las familias, y un mayor apoyo institucional en forma de un Plan Estatal contra el acoso escolar y el ciberacoso.
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