Casa Salvador, escenario de la literaria charla de Carmena y Méndez de Vigo
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La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y el ministro de Educación, Cultura y Deportes, Íñigo Méndez de Vigo, se reunieron el pasado jueves en Casa Salvador (C/ Barbieri, 12), una de las tascas madrileñas con más solera de Chueca, para conversar sobre literatura en torno a sus ricos guisos.
El encuentro, «de carácter personal, empezó a fraguarse hace un mes, durante una conversación mantenida entre ambos en el transcurso de un acto oficial en el que coincidieron», explican desde el Ayuntamiento de Madrid.
Carmena le comentó entonces a Méndez de Vigo su afición en la juventud por las novelas románticas escritas por la abuela materna del ministro, Carmen de Icaza, proclamada en 1945 “la escritora más leída del año”.
En el almuerzo no solo hablaron de literatura, la alcaldesa aprovechó la ocasión para compartir con él la fructífera experiencia de mediación escolar en conflictos apoyada desde el Ayuntamiento. También intercambiaron regalos: mientras él optó por un libro de la propia Carmen de Icaza, Carmena le correspondió con un volumen de la escritora y filósofa francesa Simone Weil.
Una castiza taberna con solera
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Casa Salvador abrió sus puertas en 1941 por iniciativa de Salvador Blázquez en el número 12 de la calle Barbieri, a poca distancia del conocido Museo Chicote, que entonces era el rey de la noche madrileña. Burlando a la postguerra española, este aficionado a la tauromaquia supo rodearse de las personalidades más influyentes de la época.
Era frecuente ver por allí a banqueros como Alfonso Escámez y Pablo Garnica; empresarios como César Alierta, toreros como Luis Miguel Dominguín, Victoriano Valencia y Paco Camino; actores y actrices como Charlton Heston, Alain Delon y Ava Gardner; el productor americano Samuel Bronston; y escritores de la categoría de Ernest Hemingway.
En 1976 tuvo lugar el primer relevo generacional. Pepe Blázquez, sobrino carnal de Salvador, se hizo cargo del establecimiento y dio un nuevo giro, convirtiéndolo en todo un restaurante especializado en comida tradicional madrileña: callos, rabo de toro, potaje...
Pero si hay un plato que goza de reconocimiento en su carta desde entonces es la “merluza rebozada”, con una receta propia celosamente guardada en secreto por Casa Salvador, cuyo sabor es prácticamente imposible imitar.
Junto a su cocina, también sorprende la decoración del local, plagada de fotografías, carteles, recortes de prensa, esculturas y recuerdos de rostros conocidos que han pasado por allí. Un pequeño museo de la historia de la ciudad y de la tauromaquia en pleno corazón de Chueca.
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