Las Marchas de la Dignidad terminan en una auténtica batalla campal
Al menos 101 heridos (67 de ellos policías) y 29 detenidos son las cifras oficiales que se manejan de los disturbios de las “Marchas de la Dignidad”, una manifestación pacífica que llevó a miles de personas a las calles de Madrid y que terminó con unas brutales cargas policiales y cuantiosos daños materiales en mobiliario urbano, marquesinas y negocios cercanos al Paseo de Recoletos.
Eran alrededor de las 20:15 horas del sábado 22 de marzo, mientras el coro de La Solfónica actuaba en el escenario de la Plaza de Colón, cuando unidades de la UIP interrumpían violentamente la manifestación autorizada por la Delegación del Gobierno y que, hasta ese momento, discurría de forma pacífica.
Dos o tres encapuchados, ajenos a la manifestación, tiraron unos petardos cerca del cordón policial que protegía la sede del PP en la calle Génova con el fin de provocar a la policía. El dispositivo policial procedió entonces a cargar hacia Colón, cuando se estaba desarrollando el acto final de la manifestación y con una plaza llena de familias y personas mayores.
Desde el escenario en el que tenía lugar el acto final de la manifestación los organizadores recordaban que contaban con las pertinentes autorizaciones y pedían a la policía que abandonara la plaza y dejara de ejercer la violencia contra los allí presentes, porque estaba interfiriendo «un acto totalmente legalizado» que aún no había terminado.
Asimismo, pedían a los allí presentes que no cayeran en provocación, que había personas mayores y niños, y que mantuvieran ese carácter pacífico que hasta el momento había marcado el desarrollo de la concentración.
A partir de ese momento se desataba una auténtica batalla campal entre manifestantes y policías. Según fuentes policiales, el detonante de la dura intervención policial fue el lanzamiento en la calle Génova, por parte de algunos manifestantes, de adoquines, botellas petardos, bengalas y otros objetos contra los antidisturbios quienes, a su vez, habrían disuelto a las personas concentradas en la vía pública haciendo uso de sus porras y hasta de gases lacrimógenos.
Además, destrozaron lunas, marquesinas y maceteros, levantaron parte de la calzada para utilizarla como arma y quemaron contenedores y papeleras, provocando considerables daños materiales en sucursales bancarias y comercios del barrio como el conocido café Gijón.
Según Emergencias Madrid, la contienda ha dado como resultado a 101 personas heridas de diferente gravedad, 67 de ellos miembros de la policía. Entre los heridos, 11 policías y 9 manifestantes tuvieron que ser hospitalizados. A los detenidos se les acusa de resistencia y atentado a la autoridad, vandalismo y destrozos en el mobiliario urbano.
En solidaridad por las detenciones, en la asamblea convocada en la mañana del domingo se acordó convocar una concentración pacífica en la Puerta del Sol a las 19:00 horas y acudir mañana a los Juzgados de Plaza de Castilla para dar apoyo a los detenidos el sábado.
Acogida multitudinaria a las Marchas de la Dignidad
Aunque fuentes oficiales y organizadores no terminan de cuadrar cifras (mientras los primeros cifran en 50.000 a los manifestantes los segundos manejan una afluencia de dos millones de personas), lo cierto es que las Marchas de la Dignidad 22M consiguieron superar todas las expectativas y que el centro de Madrid se inundó con una marea ciudadana sin precedentes, reclamando derechos básicos como «Pan, trabajo y techo».
Todo ello a pesar de los numerosos obstáculos que, según los organizadores, ha ido poniendo el Gobierno para impedir el éxito de la movilización. «Se ha demostrado que “Sí se puede”, se ha demostrado que el pueblo no quiere más recortes, que no quiere pagar una deuda de los bancos a costa de los derechos sociales», explican los organizadores, quienes también han agradecido la extraordinaria acogida de los madrileños.
La manifestación partió a la hora prevista desde Atocha con dirección a Colón, muy poco a poco debido a la gran afluencia de personas. Tras llegar a Colón, la periodista Olga Rodríguez y el actor Willi Toledo leyeron el manifiesto y, después, tomaron la palabra los representantes de las diez columnas. Tras las intervenciones se dio paso un acto musical amenizado por el cantaor Manuel Gerena y la Solfónica de Madrid, que no pudieron terminar su actuación por los disturbios.
Asimismo, cuando aún no había concluido el acto, un nuevo dispositivo policial se desplazó desde la calle Jorge Juan para cortar en dos la manifestación, aislando por completo las miles de personas que seguían el acto en Colón de las decenas de miles que no habían podido llegar a Colón y que seguían avanzando por el Paseo de Recoletos.
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