Las familias del Dos de Mayo denuncian una “situación límite” de inseguridad, evidenciada por el nuevo apuñalamiento

Los tres apuñalamientos registrados durante el curso escolar en la plaza del Dos de Mayo han llevado a las familias de la zona a denunciar la “situación límite” que vive la plaza, a la que se suman “peleas, consumo de estupefacientes y alcohol y hasta una felación delante de las puertas del colegio a plena luz del día”.

La denuncia llega pocos días después de la agresión armada registrada en el lugar, a través de un comunicado de protesta firmado por las familias del AMPA del Colegio Pi i Margall, ubicado en la propia plaza de Malasaña, junto a una guardería municipal y un centro de mayores.

“El abandono de la céntrica plaza madrileña se está agravando exponencialmente durante este curso escolar y las familias asisten atónitas cada mañana, junto a sus hijos e hijas, a un colegio sucio, cubierto de pintadas y grafitis, en estado de abandono absoluto y junto al que se acumulan cada tarde numerosas bolsas de basura y botellas de alcohol, adquirido en las licorerías 24 horas que han abierto indiscriminadamente y sin control en la plaza, que se mezclan con manchas de sangre de batallas nocturnas que los niños y niñas se ven obligados a sortear”, explica el comunicado. 

“La promesas del concejal de Centro Carlos Segura y la falta de medidas efectivas por parte del alcalde, pese a las constantes llamadas al 010, al servicio de limpieza SELUR o a la policía municipal denunciando las pintadas, la insalubridad de la zona y las peleas diarias no han surtido ningún efecto”, denuncian sobre una situación “ya desbordada”, a la vez que acusan a Almeida de “inacción” y de no haberles recibido ni de atender sus denuncias.

El Ayuntamiento de Madrid tiene prevista la instalación de 16 cámaras de vigilancia en el entorno. El contrato está adjudicado pero los aparatos no empezarán a grabar hasta el último trimestre del año, según las previsiones municipales.