La noche de Malasaña cierra por el coronavirus: “Lo hacemos por responsabilidad aunque sea un drama económico”
Este fin de semana será inédito en Malasaña. La mayoría de locales de noche, una de sus señas de identidad, han anunciado el cierre por la crisis sanitaria del coronavirus, para no contribuir a su contagio y expansión. Este jueves comunicaron su clausura discotecas con grandes aforos, pero también otras que no estaban obligadas a hacerlo. Maravillas Club, Siroco, Ochoymedio, Club Malasaña o Morocco: “Apelamos a la responsabilidad de todos y animamos al resto a hacer lo mismo”, explicaban esta última sala en sus redes sociales.
Su semana ha sido de locura: pasaron de un fin de semana normal a un lunes de incertidumbre al anunciarse el cierre de colegios y universidades, un martes de muchos clientes que aprovecharon la suspensión de las clases para ir de bares y un miércoles en el que ya muchos pensaban que tendrían que cerrar ante la gravedad de la situación y las recomendaciones de teletrabajo y de no salir a la calle.
“Nosotros no podemos teletrabajar ni nuestros empleados tampoco, así que nos vemos obligados a bajar la persiana”, cuenta Eva del Amo, del Picnic, en conversación telefónica con Somos Malasaña. Este jueves publicaron un mensaje en redes sociales explicando el “drama económico” que para los hosteleros supone esta decisión, que asumen con responsabilidad y antes de estar obligados por las autoridades. “No tenía sentido que dijeran a que la gente se quedara en casa y nosotros abriéramos el bar”, dice con resignación.
En su caso, cerrar supone asumir miles de euros de gastos mensuales sin recibir ningún ingreso. “Tenemos que pagar el alquiler, impuestos, las nóminas y seguridad social de nuestros empleados, los créditos... estamos muy preocupados”, confiesa mientras piensa en su almacén lleno de pedidos, al que no podrá dar salida en semanas, a la vez que advierte que “muchas familias dependen de esto”.
El resto de miembros de la Asociación de Hosteleros de Malasaña (AHM), entidad que agrupa a la mayoría de locales de copas en el barrio, están anunciando cierres o hablando con sus plantillas para hacerlo durante el fin de semana. Muchos están pactando vacaciones con sus trabajadores para aguantar el primer tirón, aunque temen lo que pueda pasar si la situación se alarga en el tiempo. “Hablan incluso de mayo, habrá que irlo viendo”, cuenta Del Amo.
De momento, los empresarios de la asociación, la mayoría dueños de negocios familiares y con pocos empleados, consideran insuficientes las medidas anunciadas por los gobiernos autonómicos, municipales y centrales, como el retraso en el pago de impuestos. Y piden otras de más calado como pausar las cotizaciones a la seguridad social para poder mantener el empleo.
De las pocas cosas positivas que están llegando a los locales, en medio de medidas como la prohibición de terrazas, son los mensajes de cariño y apoyo de sus clientes, que están respondiendo con muchos ánimos a los anuncios de clausura. “La hostelería ha sido valiente y la gente tiene que ser consciente de que nuestro esfuerzo es una cosa tremenda. Esperamos que los vecinos y el barrio valoren este gesto”, concluye Eva.
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