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“No es sólo el botellón, buscan gresca con policía y vecinos”

Grupos de jóvenes en la calle de San Andrés a las 4 de la madrugada del pasado sábado, momentos antes de que la cosa fuera a mayores con los antidisturbios

Antonio Pérez

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Las crónicas sobre las noches de los fines de semana en Malasaña comienzan a semejarse a pequeños partes de guerra. Cuando se disuelven los botellones en las plazas del barrio muchos de los que participan en ellos se dispersan por las calles cercanas para volver a los mismos lugares en cuanto se marcha la policía o, tal y como sucedió la madrugada del pasado sábado, para liarla en cualquier esquina.

En este caso ha sido en la de confluencia de la calle Palma con la de San Andrés, donde alrededor de las 4:30 horas los antidisturbios que subían desde la plaza del Rastrillo fueron recibidos con insultos, provocaciones y una lluvia de botellas de cristal por un grupo de jóvenes que luego huían a la carrera para volver en busca de más problemas en cuanto los agentes proseguían por otras partes su barrido zonal.

Los vecinos de la zona asisten estupefactos a un espectáculo al que no terminan de acostumbrarse por mucho que, en mayor o menor grado, sea casi endémico. Aseguran que desde la pandemia el botellón en el barrio se ha recrudecido, tal y como hemos dejado constancia en Somos Malasaña en distintos artículos, que en verano se convirtió en algo diario y que el problema está llegando a límites difícilmente soportables cuando deviene en situaciones no sólo ruidosas sino “agresivas”.

“Decenas de personas de unos 20 años esperaban a los antidisturbios con botellas en las manos. Según iban avanzando, lluvia de botellas de cristal y de todo contra ellos. Era como una escena de los años 80. En cuanto se iba la policía volvían, pillando más botellas del suelo y diciendo que necesitaban más”, relata una vecina que asegura no haber visto nada igual en los siete años que lleva viviendo entre Palma y San Andrés. Coincide con ella otra vecina que lleva 30 años en el mismo lugar.

“No vienen sólo a divertirse en plan me quiero emborrachar y ya. Hay grupos que están buscando pelea con la policía y que también se encaran con los vecinos. Como te vean asomada al balcón te lanzan una botella a la cabeza. No me atrevo ni a grabar lo que sucede cada noche”, sostiene esta vecina que, en cualquier caso, sí que ha efectuado diversas grabaciones que apoyan lo que relata. “Este viernes de madrugada estaban llamando la atención, provocando. Querían que viniera la policía, querían gresca con ellos”.

“Durante el verano me lo tomé con filosofía, pero esto no puede seguir así. Hubo días en los que se organizaron auténticas raves de madrugada, con cientos de personas y música y altavoces a todo volumen, sospecho que con quedadas organizadas.”

“Las denuncias a la policía sobre lo que sucede son constantes, pero hay veces que me dicen que no pueden hacer nada más, que ya vinieron al barrio el día anterior y que deben ocuparse también de otras zonas. Los vecinos estamos indefensos. Hay miedo”.

De parte de lo sucedido la madrugada del sábado en la citada esquina de Palma con San Andrés y en la cercana Dos de Mayo habla de forma elocuente una imagen que se ha hecho viral en redes sociales a lo largo de este fin de semana. En ella, uno de los parques infantiles de la zona presentaba una lamentable imagen de restos de todo tipo de la noche anterior.

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