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Ganando Metros: la tortuosa historia de un solar vecinal de Tetuán que acabará siendo vendido para vivienda libre

Ganando Metros

Luis de la Cruz

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Caminando por la tetuanera calle de Lope de Haro uno se topa, a la altura de la esquina con Berruguete, con un muro blanco que no se diferencia mucho de otros que esconden solares en el distrito. Tras su puerta de hierro, si la vista salta el ramaje caído durante la anterior tormenta de nieve, se vislumbra una curiosa y recia estructura de madera. No hace mucho, el muro blanco era fondo perfecto para un gran letrero negro: “Ganando Metros. Espacio vecinal de uso libre. Úsalo. Cuídalo. Si estás interesado escribe a ganandometrostetuan@gmail.com”.

El espacio es una longuera adosada a un bloque de edificios, fruto de derribos y cambios en la fisonomía del viario. En concreto, la calle Lope de Haro fue ensanchada en su momento, desapareciendo la pequeña calle de Covadonga. Hasta la fecha, se pensaba que el solar era demasiado estrecho para construir viviendas y, en algún momento, sonó la posibilidad de crear un pequeño parque estancial, con bancos a pie de calle.

El otro día supimos, sin embargo, que la parcela ha sido puesta a la venta por el área de Desarrollo Urbano Sostenible (Ayuntamiento de Madrid), junto con otras 16 de toda la ciudad, para construir en ella vivienda libre. La parcela, en el 21 de Lope de Haro, está valorada en 1.446.137,10 € y cuenta con 150,17 m2 de superficie y 750,85 m2 de edificabilidad. 

El terreno pasará en poco tiempo, pues, de ser un espacio público de uso vecinal –como veremos, atravesado por dificultades– a un espacio de vivienda privada. La motiviación oficial: “Intervenir en el mercado inmobiliario coadyuvando a solucionar la problemática de acceso a la vivienda”.

La tortuosa historia de Ganando Metros

Para conocer el nacimiento del espacio vecinal Ganando Metros debemos remontarnos a 2014 y a Paisaje de Tetuán, un ambicioso proyecto de tiempos de Ana Botella que supuso la intervención en diferentes partes del distrito de Tetuán por parte de diversos grupos de arquitectos, artistas y agentes vecinales. El proceso, que estuvo guiado por Intermediae, fue tan alabado como criticado en su momento. Las críticas llegaron por ser poco participativo (al contrario de lo que sus directrices dictaban) y porque las palabras de la alcaldesa en rueda de prensa, hablando del “Soho de Tetuán”, hicieron temer por la llegada de vientos gentrificadores a sus barrios. 

Lo cierto es que el tiempo puso en su sitio cada una de las intervenciones. Algunas se consolidaron (como la Huerta de Tetuán, que enseguida generó una rica comunidad a su alrededor), otras fueron inmediatamente rechazadas por el vecindario (el caso de Hypertube, una estructura que ocupaba el solar frente al polideportivo Playa Victoria a quien nadie encontró utilidad ni gracia y acabó siendo retirada)... y otras se quedaron en tierra de nadie. Este fue el caso de Ganando Metros.

La intervención en el solar de la calle Lope de Haro fue llevada a cabo por los colectivos Zuloark y Basurama y consistió en la adecuación del solar con una estructura que sirve como escenario o de gradas. Sin embargo, una vez acabada dicha intervención, según cuentan diferentes participantes en Paisaje Tetuán, la cosa quedó ahí, sin mucho uso. Al menos hasta que en la segunda tanda de Paisaje Tetuán, que fue mucho menos sonada –ya no hubo rueda de prensa ni artículos en periódicos de tirada nacional– se intentó llenar de vida y de participación vecinal.

La vida de Ganando Metros tampoco fue totalmente plácida con el Ayuntamiento de Ahora Madrid. En septiembre de 2017, el Área de Desarrollo Sostenible cambió el candado del espacio tras haber entrado a limpiar. A partir de ese momento, la llave estaba en la Junta de Distrito y había que solicitar allí el uso del espacio, lo que además de burocratizarlo subvertía el espíritu de autogestión vecinal de Ganando Metros. Una de las señas de identidad en su mejor momento, de hecho, fue el candado con contraseña. Así nos lo cuenta Javier, que participó tangencialmente: “Siempre me pareció maravilloso el método del cerrojo: vecinas y vecinos responsables que sabían el método para entrar, más fácil y coherente imposible para un proyecto vecinal”.

En 2018 algunos vecinos y vecinas decidieron presentar Ganando Metros a los Presupuestos Participativos promovidos por el anterior Ayuntamiento, siendo uno de los proyectos elegidos en Tetuán. Esto suponía la posibilidad de una nueva vida para el solar: dotación presupuestaria y reconocimiento. El proyecto se  debía ejecutar por la Unidad de Cultura, a través de un contrato menor, durante el año 2019. Sin embargo, el grupo motor del espacio se encontraría a partir de ese momento con un auténtico quebradero de cabeza en forma de comunicaciones administrativas. En octubre de 2019, tras haber tenido otros informes positivos, se dicta un informe de inviabilidad, según el cual no era posible llevar a cabo la actuación por la Junta de Distrito de Tetuán, ya que la parcela era competencia del Área de Gobierno de Desarrollo Urbano. Un año después, en septiembre de 2020, se informó al grupo motor de Ganando Metros de la inviabilidad definitiva del proyecto.

Isabel Ochoa es científica medioambiental y estuvo muy involucrada en la gestión vecinal de Ganando Metros a través de la asociación Sodeste, que participó en el grupo motor de Ganando Metros. “El espacio tuvo desde el principio dos problemas: el muro, que genera una barrera importante, y el hecho de que su situación sea contigua a un edificio de viviendas, que limita las actividades que se pueden hacer allí. Los distintos problemas con los candados y el acceso que tuvimos (además del cerrojazo municipal tuvieron algún otro boicot en la puerta) dificultaron su uso”.

Isabel se lamenta de que el destino del espacio vaya a ser el de construir en él vivienda privada y no protegida y recuerda que, a pesar de los problemas que hicieron que la comunidad alrededor del espacio no terminara de despegar como, por ejemplo, la de la Huerta de Tetuán, se hicieron un buen número de actividades interesantes allí y se llegó a reunir un grupo de vecinos activos a su alrededor.

Haciendo recuento encontramos rastro de jornadas de circo con niños, un vermú vecinal por las fiestas de Tetuán, presentaciones de libros, desfiles de moda ecológica, reuniones de diversos colectivos, que fue escenario para las prácticas de dibujo del IES Jaime Vera, cine, talleres participativos, cuidado comunitario del espacio –hoy la vegetación típica de un solar abandonado lo ha cubierto todo–... En los últimos tiempos, cuenta Isabel, la participación del Servicio de Convivencia Intercultural le dio mucha alegría y contenido al espacio.

El sueño comunitario de saltar el muro blanco del solar de Ganando Metros parece haber llegado a su fin, definitivamente, con la puesta a la venta del terreno. En su recorrido queda un reguero de enseñanzas –aciertos y traspiés– que a buen seguro será aprovechado por el tejido vecinal de Tetuán en sus próximas empresas vecinales.

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