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Land Rover se reencuentra con su pasado en su 70º aniversario

Land Rover Serie I de 1948.

Pedro Umbert

Land Rover, uno de los fabricantes ingleses más señeros, celebra en este 2018 los 70 años del comienzo de su actividad. Ha previsto para ello diversos eventos que incluyen la original iniciativa de restaurar uno de los modelos originales de su lanzamiento como marca, un Land Rover Serie I de 1948 cuya vida llena de vicisitudes había terminado en un descampado cercano al lugar donde se fabricó.

Ese habría sido su sórdido final si alguien no lo hubiera descubierto en 2016 y pensado que rescatarlo podía ser una buena manera de conmemorar el aniversario de la firma de Coventry. Los expertos de Jaguar Land Rover Classic tuvieron que trabajar de firme en los archivos de la compañía para reconstruir la historia de esta unidad, confirmar su procedencia y desentrañar su historial de propietarios.

Las pesquisas permitieron verificar que se trataba de uno de los tres modelos de preproducción que se presentaron en el Salón del Automóvil de Ámsterdam ese mismo año de 1948, cuando pudieron verse por primera vez las líneas que en adelante se identificarían con “el Land Rover”, así a secas.    

Estos tres prototipos se fabricaron en la planta de Solihull. Este en concreto tenía el volante a la izquierda y figura en la documentación y el registro de venta con la denominación Experimental. Al poco tiempo se le cambió el volante a la derecha al tiempo que recibía mejoras en forma de nuevas piezas de producción. Se matriculó por primera matriculación el 25 de junio de 1955 con la placa SNX 910.

La pista del Serie I comienza a desvanecerse en 1961 cuando es vendido a un nuevo propietario de Handsworth, de donde pasa a Sutton Coldfield y a Stratford-upon-Avon, la célebre villa natal de Shakespeare, a la altura de 1967.

Tras un breve paso por Alvechurch, en Worcestershire, el vehículo da con su chasis en una finca de Gales, donde utilizan su motor “como fuente estática de energía” –según la reconstrucción de los hechos–, es decir, como generador. Veinte años después, el motor gripa y el Land Rover se vende a un nuevo propietario de Birmingham.

Nada más se sabe hasta que en 2016 reaparece a pocos kilómetros de Solihull, en un jardín donde espera una restauración que nunca se pone en marcha. Hasta que los expertos en coches clásicos de Jaguar Land Rover lo adoptan y deciden devolverlo a su estado original para que un día pueda volver a circular.

La tarea tiene que ser minuciosa en extremo dadas las peculiaridades de estos modelos (48 en total) previos a la fabricación en serie. Cuentan, por ejemplo, con paneles de carrocería más gruesos de aleación de aluminio, chasis galvanizado y una caja trasera extraíble. La intención de los restauradores es conservar la pátina de sus componentes, incluida la pintura original en Light Green aplicada hace siete décadas.

La marca británica ha invitado a los anteriores propietarios de este histórico 4x4 a las instalaciones de Classic Works para que compartan sus experiencias y sean testigos de su meticulosa restauración.

Según Tim Hannig, director del programa de clásicos, “es mágico que hace justo 70 años este vehículo estuviera sometiéndose a los últimos calibrados antes de prepararse para su lanzamiento en el Salón del Automóvil de Ámsterdam de 1948, donde todo el mundo pudo contemplar por primera vez las formas del Land Rover que ahora se reconocen al instante”.

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