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Mercedes Clase A, de suspenso en la prueba del alce a superventas en alza

Nuevo Mercedes Clase A.

Pedro Umbert

En el plazo de 20 años, Mercedes ha logrado la metamorfosis del Clase A de vehículo estigmatizado, tras su sonoro fracaso en la prueba del alce, a pilar de su creciente éxito de ventas, y también en emblema de su igualmente afortunado cambio general de diseño. Jürgen Hubbert, el consejero de la marca a quien le tocó sortear aquella crisis, no pudo soñar con una situación como la actual para la marca después de sus desvelos de 1997.

Como muchos recordaréis, el primer Clase A, entonces con carrocería monovolumen, no solo perdía estabilidad, sino que incluso volcaba en la maniobra de esquiva extrema que simula la famosa prueba del alce. Hay que reconocer que Hubbert y los 30 profesionales convocados para enmendar aquel error monumental acertaron en dos decisiones esenciales: reconocer sin paños calientes el fallo e incorporar de serie en el coche el control de estabilidad o ESP, lo que dio paso a la expansión progresiva de este sistema hasta llegar a hacerse obligatorio en la Unión Europea para los vehículos nuevos a partir de noviembre de 2014.

Pues bien, a día de hoy la Clase A luce en formato compacto y, en la nueva generación que acaba de desvelarse, muestra las líneas de diseño que se irán implantando en la gama compacta de Mercedes en los próximos años. Entre ellos destaca una parrilla frontal más ancha y vertical, una estrella de mayor tamaño y unos faros alargados -los nuevos Multibeam Led- encajados entre el fin de la calandra y el arranque de las aletas delanteras. Estos rasgos se verán acentuados en la Edition 1 (en las imágenes), una variante deportiva y vistosa que estará disponible durante el primer año desde el lanzamiento, en marzo, del modelo.

Hay ganancia de espacio interior, aunque discreta, y sobre todo de capacidad de carga, que aumenta en 29 litros y alcanza los 370. Las ayudas a la conducción progresan también en gran medida, de tal modo que el control de velocidad Distronic es capaz ahora de mantener la velocidad y girar según el trazado de la carretera a velocidades de hasta 130 km/h, seguir al vehículo precedente manteniendo la distancia de seguridad y parar y reanudar la marcha en un atasco.

No deja de resultar irónico que el coche estrene un sistema de asistencia de maniobra evasiva que contribuye a frenar de manera automática al advertir un obstáculo y también puede ayudar al conductor a esquivarlo a velocidades comprendidas entre los 20 y 70 km/h.

Seguramente lo más llamativo del interior del nuevo Clase A sea su sistema de doble pantalla que recurre a nuevas interfaces y a tecnología de inteligencia artificial para los nuevos sistemas de entretenimiento y navegación (MBUX), por un lado, y la instrumentación digital, por otro. Esas pantallas pueden ser: ambas de 7 pulgadas, una de 7 y otra de 10,25 o las dos de esta última diagonal.

La oferta mecánica se compone de motores de gasolina y diésel con potencias entre los 116 y 224 caballos, si bien la gama se completará más adelante con una versión híbrida enchufable. Además de un cambio manual de seis velocidades, existirá la posibilidad de montar la transmisión automática de doble embrague y siete marchas 7G-DCT.

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