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Los coches nuevos son hoy un 30% más caros que en 2019

Cada vez son menos las posibilidades de adquirir un turismo nuevo por menos de 20.000 euros.

P. U.

Cualquiera que sea aficionado a los contenidos de motor, y no digamos que se haya acercado a un concesionario en los últimos tiempos, habrá advertido que los precios de los coches nuevos -también los usados- en España han experimentado una subida escandalosa. El alza es tal que muchos han dado por imposible cambiar de vehículo, ya sea según las fórmulas de adquisición tradicionales -pago al contado y financiación- o mediante nuevas modalidades como el renting.

La inflación, a la que tantos males achacamos, no es la única responsable de este fenómeno. También influye en él, y de manera decisiva, el cambio de rumbo adoptado por numerosos fabricantes, según el cual prefieren vender una menor cantidad de vehículos a cambio de obtener un mayor margen de beneficio por cada una de las unidades entregadas.

Todo comenzó a torcerse con la pandemia declarada en 2020. La escasez de oferta provocada por la emergencia sanitaria y la posterior crisis de suministros, de la que solo ahora parece salir la industria del automóvil, forzaron un primer incremento del precio de los coches. Pero hay otros factores que han intervenido en que estos se estén transformando progresivamente en un artículo de lujo. 

Según datos de la Agencia Tributaria, la factura media de los vehículos nuevos adquiridos en España hasta agosto, incluyendo el impuesto de matriculación, fue de 23.613 euros, 5.552 euros más que antes de la pandemia. Dicho de otro modo, cuestan un 30,7% más que en 2019.

Los coches matriculados en nuestro país durante el mes de agosto se situaron en un precio medio de 23.926 euros, lo que representa una subida del 9,9% (2.162 euros más) con respecto al mismo mes del año 2022.

La senda descrita en los últimos meses permite augurar que el precio medio de los turismos nuevos superará los 24.000 euros al final del presente ejercicio, casi 6.000 euros más que en 2019, cuando la media estaba en 18.061 euros.

Así las cosas, el ciudadano que haya sondeado últimamente la posibilidad de adquirir un coche se habrá encontrado con que decenas de modelos de marcas generalistas, por los que hace pocos años habría tenido que desembolsar -tal vez- 25.000 euros, ahora superan de largo los 35.000.

Hoy en día, cada vez son menos los coches nuevos que uno puede comprar por menos de 20.000 euros, y no hablemos del antiguo espejismo psicológico de bajar de los 10.000. El Dacia Sandero, que es el modelo más barato del mercado y el más vendido en España en términos globales, tiene un precio de partida de 13.190 euros, aunque las versiones más demandadas son las que tienen carrocería crossover, llamada Stepway, y un motor que puede funcionar con GLP (gas licuado de petróleo), y estas cuestan más de 15.000 euros de promedio.

El MG ZS, que ha sido el turismo más vendido en nuestro país en agosto y septiembre, está disponible desde 17.190 euros, un precio muy competitivo que explica que sus ventas se hayan disparado un 316% en lo que llevamos de año, hasta las 10.298 unidades matriculadas.

Más razones para las subidas

Además de los factores descritos al comienzo, hay que tener en cuenta otros que contribuyen al alza de los precios medios. Sin duda, uno de ellos es que los modelos dotados de algún tipo de electrificación son más costosos de producir que los convencionales y, por tanto, se venden más caros.

Hablamos aquí de un espectro que incluye desde híbridos ligeros, que precisan de un extra de inversión -digamos- moderado, o híbridos convencionales hasta híbridos enchufables y eléctricos puros, en los que el coste se incrementa de forma significativa por el elevado precio de las baterías que incorporan. A un ritmo mayor o menor en función de los países, la cuota de este tipo de vehículos no hace sino crecer, y tiene que seguir haciéndolo en los próximos años.

Por último, conviene tener en cuenta que, al igual que los vehículos electrificados seducen a un porcentaje creciente de usuarios, las carrocerías SUV hacen lo propio y a una velocidad superior. Como es sabido, estos modelos son más grandes, pesados y costosos que sus equivalentes de formato más convencional, a pesar de lo cual su popularidad no cesa de aumentar.

En el periodo entre enero y septiembre de 2022, el 57,5% de los vehículos nuevos vendidos en España eran SUV, y en los primeros nueve meses de este año la proporción ha escalado ya hasta el 59,1%. Este peso en el total del mercado hace subir el monto de la factura media, pero no debe ocultar -como ninguno de los otros factores- el hecho de que todos los coches, sin excepción, se han encarecido en los últimos cuatro años, y muchos de ellos hasta límites difícilmente asumibles para buena parte de la población.

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