Una nueva fiscalidad para potenciar la movilidad eléctrica en España
El desafío de conseguir un transporte neutro en carbono en Europa para 2050 no será posible sin que los gobiernos comunitarios acompañen la transformación con reformas fiscales. En el caso de España, solo estas modificaciones en la tributación harán posible alcanzar el objetivo de tener en las calles cinco millones de coches eléctricos en 2030, según las propuestas para el desarrollo de la movilidad eléctrica en nuestro país elaboradas por las organizaciones ecologistas Transport & Environment (T&E), de ámbito europeo, y Ecodes, que centra sus esfuerzos en nuestro país y América Latina.
Ambas entidades consideran que en el sistema fiscal español los costes del transporte no están correctamente atribuidos porque no reflejan con claridad el daño ambiental, social y económico de las emisiones de gases contaminantes derivadas de la quema de combustibles fósiles, entre los que mencionan la gasolina, el gasoil y también el gas vehicular. En su opinión, es preciso que las consecuencias negativas de esta situación “sean asumidas por quienes las causan”, y “la fiscalidad es el instrumento adecuado” para hacerlo. “Esto supone adaptar la fiscalidad de la automoción al principio de quien contamina paga”, concluyen.
Su análisis señala que los objetivos climáticos que se han marcado los países europeos y de otras regiones del planeta obligan a los gobiernos a orientar la inversión hacia la descarbonización, que se pretende alcanzar en 2050. En el sector del automóvil, el mandato supone planificar la retirada progresiva de los vehículos con motor de combustión interna de acuerdo con un calendario vinculante y acelerar la transición hacia los de cero emisiones.
Para T&E y Ecodes, los vehículos de empresa, comerciales y de transporte público conforman enormes flotas ideales para una electrificación que cabe impulsar considerablemente mediante medidas de carácter fiscal. En general, sostienen, la industria española de automoción, que cuenta con 17 fábricas en todo el territorio nacional, “se verá beneficiada por el impulso del Gobierno a la movilidad eléctrica”.
Las medidas concretas que proponen la organización europea y la española son:
-Rediseñar el impuesto de matriculación
Aproximadamente 6 de cada 10 coches vendidos en España están exentos de pagarlo por emitir menos de 120 gramos de CO2 por kilómetro, debido a un impuesto basado en tablas que tildan de “obsoletas”. Se está permitiendo, dicen, que vehículos que emiten hasta un 35% más de lo declarado disfruten de exenciones, por lo que instan a redefinir los tipos de gravamen de modo que solo los de cero emisiones estén libres de tributar.
-Reformar el impuesto de circulación
Se recomienda vincularlo a las emisiones con más impacto local para evitar que vehículos propulsados por combustibles fósiles (híbridos enchufables que pueden circular con la batería agotada y vehículos de gas) disfruten de una bonificación idéntica a la de los que tienen cero emisiones locales.
-Mejorar el etiquetado de los vehículos
Se propone excluir de las categorías Eco y Cero, respectivamente, a los coches de gas y a los híbridos enchufables, “especialmente SUV de gran cilindrada cuyas emisiones son en muchos casos superiores a las de vehículos de menor tamaño que con los actuales criterios reciben etiquetas C o B”.
-Apoyar fiscalmente el vehículo eléctrico en las empresas
Los gobiernos de toda Europa deben seguir el ejemplo de los Países Bajos y Reino Unido, afirman T&E y Ecodes, y reformar la fiscalidad de los coches de empresa para dirigir el mercado de forma más clara hacia los turismos de cero emisiones, el carsharing eléctrico y la electrificación del transporte ligero de mercancías dentro de las ciudades.
-Crear un sistema ‘bonus-malus’ en las ayudas directas
El sistema de ayudas directas a la adquisición de vehículos debe contar con un criterio bonus-malus, de manera que el nivel de emisiones de CO2 determine qué coches pagan más, los más contaminantes, y cuáles menos,los de cero y bajas emisiones.
-Impulsar la instalación de puntos de carga
Es necesario, por último, elaborar un Plan Nacional de puntos de recarga rápida y ultrarrápida (más de 100 kW) y simplificar el proceso administrativo para su instalación y puesta en marcha. También se debe impulsar e incentivar la colocación de puntos de carga en empresas, así como crear hubs de carga en núcleos urbanos, enfocados principalmente a los servicios de transporte de pasajeros, reparto urbano de mercancías, entrega de última milla y carsharing, siempre de cero emisiones.